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El primero que lo intentó, a mediados de los 70, fue Alejandro Jodorowsky con un proyecto para el que contaba con la imaginación de Moebius y H.R. Giger; Orson Welles, Mick Jagger o Salvador Dalí como puntales del reparto, y una banda sonora de Pink Floyd. Después le tocó el turno a David Lynch, quien en 1984 dirigió una adaptación, producida por Dino De Laurentiis y protagonizada por Kyle MacLachlan que, aseguraba el cineasta, le hizo morir dos veces. La primera cuando me quitaron el montaje final y la segunda cuando fracasó en taquilla. Ahora, Dune, puntal de la ciencia ficción literaria que Frank Herbert publicó en 1965 y origen de una saga espacial, vuelve a la pantalla de la mano de Denis Villeneuve en uno de los proyectos más ambiciosos y esperados del año. Y lo hará por partida doble, con una primera entrega este diciembre y una segunda aún sin fecha.

No habría aceptado dirigir esta adaptación en una única película. El mundo de Dune es demasiado complejo. Es un universo cuyo poder reside en sus detalles, explica el realizador canadiense, quien para esta versión contará con un reparto cargado de estrellas: Timothée Chalamet como Paul Atreides, y a su lado, Rebecca Ferguson, Oscar Isaac, Zendaya, Jason Momoa, Josh Brolin, Charlotte Rampling, Dave Bautista o Javier Bardem, líder de una de las tribus que habitan el planeta Arrakis. En su obra, Herbert aborda temas como la política, la religión, la ecología… y con muchos personajes. A decir verdad, es de lejos lo más difícil que he hecho en mi vida, admite el director de Blade Runner 2049.

“NO HABRÍA ACEPTADO DIRIGIR ESTA ADAPTACIÓN EN UNA ÚNICA PELÍCULA. EL MUNDO DE DUNE ES DEMASIADO COMPLEJO. ES UN UNIVERSO CUYO PODER RESIDE EN SUS DETALLES”.