Jim Parsons, por Hollywood (TV).
De haber un villano en ‘Hollywood’, la fantasía desatada de Ryan Murphy sobre la meca del cine en los años 40, sería Henry Willson, el agente que Jim Parsons encarna en un cambio de registro que, como nos cuenta en exclusiva, ‘necesitaba’.
En un lado del ring, Sheldon Cooper, el personaje estrella de la sitcom de más éxito de la última década. En el otro, Henry Willson, el agente responsable de arrancar las carreras de galanes como Rock Hudson o Tab Hunter, pero también símbolo de los oscuros tejemanejes –abusos, encubrimientos, extorsiones y otros bailes prohibidos–, así como uno de los tantos personajes reales, de la luminosa era dorada que Ryan Murphy retrata, como si fuera un cuento de hadas, en su última producción para Netflix, Hollywood.
Es comprensible que, en el combate que va de uno a otro personaje, Jim Parsons (Houston, Texas, 1973) tuviera sus dudas, pero como él mismo cuenta a FOTOGRAMAS, esas reservas desaparecieron en un instante. Primero porque no sabía quién era Henry, lo descubrí todo de él después de aceptar participar en la serie. Tampoco sabía nada del Hollywood de los años 40, pero dije que sí porque quería trabajar de nuevo con Ryan después de actuar en Broadway en The Normal Heart. La experiencia ha superado mis expectativas más optimistas. Es uno de los personajes más interesantes que he interpretado y me siento muy orgulloso de formar parte de esta originalísima mezcla de realidad, ficción y fantasía.
Tiempo de cambios. Durante los 12 años que estuve en Big Bang, dice de la serie creada por Chuck Lorre y Bill Prady que se despidió de sus fans en mayo de 2019, tuve la suerte de participar en distintos proyectos durante los parones de verano. Con eso me mantenía fresco como actor y hacía que tuviera ganas de volver y ser de nuevo Sheldon. Cuando vi que cada vez me apetecía menos volver, que perdía ese anhelo, supe que había llegado el momento de probar otras cosas. Así fue como Parsons se sumergió en Willson, un personaje de los que, asegura, llegan pocas veces en la carrera de un actor. Tan distinto, que se relaciona con la gente de una manera tan repulsiva y cruel. Y con la certeza de que, en manos de Ryan, todo saldría bien. Sabía que me daría la seguridad para experimentar y que me guiaría y apoyaría en todo el proceso. Él y su equipo, que fueron los que propusieron trabajar el aspecto y peinado del personaje. Ni te imaginas lo que me ayudó a liberarme de mí mismo. Tras dos horas en maquillaje y peluquería, salía con mis nuevos ojos, dientes y pelo ralo y ya no era yo. Me sentía completamente libre para ser tan horrible y odioso como el personaje exigía, lo que fue toda una gozada. Como actor, era como estar en el recreo.
Un final made in Hollywood. Una de las grandes virtudes de Ryan, sigue Parsons, es su habilidad para ver en los actores cosas que ni ellos mismos saben que tienen. Otra, le apuntamos, su capacidad para saltar entre géneros y, como hace en Hollywood, tejer fantasías que, en este caso, nos presentan un mundo de color de rosa. Pero es que un cuento de hadas como este, y contado como está contado, es importante. Nos recuerda que hemos avanzado mucho, pero también lo que queda por recorrer o dónde podríamos estar de haber llevado a cabo iniciativas como las que muestra la serie. Solo hace falta que una, dos personas tomen la decisión adecuada en el momento justo para que todo cambie. Es vital recordarnos que nuestras acciones no son en vano, que no caen en saco roto. Cuando haces algo valiente, eso puede influir en la gente, afectar a sus vidas de formas que desconoces o que quizás nunca sepas.
‘HOLLYWOOD’ ESTÁ DISPONIBLE EN NETFLIX
“UNA DE LAS GRANDES VIRTUDES DE RYAN MURPHY ES SU HABILIDAD PARA VER EN LOS ACTORES COSAS QUE NI ELLOS MISMOS SABEN QUE TIENEN”.