MÁS ACTORES, NO GRACIAS
Anne Bancroft dirigió ‘Gordo’, historia sobre un hombre obsesionado por adelgazar para la que contrató a tantas mujeres como pudo en puestos técnicos.
Anne Bancroft hizo con Gordo (1980) una de esas comedias serias que era todo un homenaje a sus raíces italianas: pasión por la comida, familias gritonas, personalidades excéntricas… Todo estaba en ese guion inspirado por los desórdenes alimenticios de su hermana que había rodado en los años 70 como ejercicio del taller de dirección para mujeres del American Film Institute. Transformar ese corto en un largo fue el primer proyecto de la productora Brooksfilms (el segundo fue El hombre elefante), fundada por su marido, Mel
Brooks. Normalmente hay reticencias en financiar una primera película de alguien, pero ella no era una debutante al uso. Había estado en sets de rodaje toda su vida. Delegaba en otros los aspectos técnicos, pero se involucraba en cada detalle. Era completamente su proyecto, explicó Jonathan Sanger, productor asociado. ‘¿Volverá a dirigir?’, preguntaron a Bancroft mucho después. No podría. Los actores son demasiado difíciles. Lidiar con estas personas cada día me resulta complicadísimo. Y, efectivamente, nunca más lo hizo.
Tras dirigir teatro 10 años adaptó al cine Una cita para el verano (2010), protagonizada por él mismo y Amy Ryan, que se estrenó en España ya después de su muerte.