Technoboss
★★★★ ★ Technoboss Dir.:
LInt.:
COMEDIA MUSICAL.
a pregunta es qué es lo que busca realmente Luís Rovisco (extraordinario Miguel Lobo Antunes), el antihéroe de Technoboss, mientras recorre Portugal como técnicocomercial de una compañía de sistemas de seguridad. ¿Busca satisfacer su orgullo de ‘gran’ salesman o el trabajo es una mera excusa para desplegar sus dotes de bon vivant, cantar canciones y leer novelas de Georges Simenon? La realidad es que, más allá de la ética profesional y el hedonismo que parecen guiar al personaje, Luís Rovisco se revela como
una figura subversiva y melancólica, enfrentado a la avaricia del capital y perseguido por los achaques de una vejez inclemente.
Por su parte, Technoboss de João Nicolau se presenta como una obra igual de esquiva que su protagonista,
un film que entrecruza con espíritu punk la comedia musical, la trama detectivesca, la odisea fantasmagórica y el drama romántico-crepuscular. En una proeza digna del Jean-Luc Godard de los inicios o el Miguel Gomes actual, Nicolau se atreve a componer un sublime número musical al son del Aserejé de Las Ketchup. Toda una celebración de la libertad del cine de la modernidad.
Lo mejor: la perfecta combinación de alegría de vivir y melancolía. Lo peor: sus alardes modernistas pueden desconcertar. ★★★ ★★ La dea Fortuna
SInt.:
DRAMA.
Dir.:
in la fuerza o la urgencia del cine de sus inicios (Hamam: El baño turco, El último harén), pero aún con la sensualidad LGTBIQ+ y esa tenaz identidad mediterránea como irrenunciables marcas de estilo, el director turco afincado en Italia Ferzan Ozpetek añade un nuevo matiz a uno de los temas que siempre han marcado su cine: la pasión. O en lo que queda cuando esta se desvanece, punto sobre el que gira su último trabajo, La diosa Fortuna. Eso es lo que les sucede a Arturo y Alessandro, quienes, tras 15 años de relación y en esa tierra de nadie que es la mediana edad, se ven obligados a poner en espera miedos, recelos e inseguridades cuando una amiga Annamaria –Jasmine Trinca, radiante como siempre–, les pide que cuiden por un tiempo de sus dos hijos.
Ozpetek deambula sin acabar de decidirse por el drama romántico, la comedia familiar, el retrato costumbrista o el cuento infantil –impagable Barbara Alberti, guionista de Yo soy el amor (L. Guadagnino, 2009) como bruja mala– en una trama que se agarra a la luz de una Roma y una Sicilia espectaculares, pero se resigna ante el paso del tiempo y el recuerdo de todo lo que hemos perdido.
Lo mejor: la energía que aportan al film Jasmine Trinca y Barbara Alberti. Lo peor: las tramas secundarias.
ESTRENO: 4 SEPTIEMBRE