Marjane Satrapi,
‘Madame Curie’. La directora francoiraní Marjane Satrapi (‘Persépolis’) dirige a Rosamund Pike en este biopic de la icónica científica Marie Curie en el que se da cuenta de sus gestas y su particular proceso de empoderamiento.
A finales del siglo XIX, la polaca Maria Sklodowska conoce en París al físico Pierre Curie. Juntos comparten amor, dos hijas y un descubrimiento que cambió el mundo.
Modelo a seguir. Cuando mi agente me habló de ello pensé, ¿Otra Madame Curie? ¡Pero si hay miles! Después vi que el guion era diferente, que hablaba de una mujer que no se disculpa, tiene una convicción y va a por ella. Así cuenta Marjane Satrapi (Rasht, Irán, 1969) qué la llevó a dirigir la adaptación firmada por Jack Thorne (responsable de los libretos de la reciente Enola Holmes o de las series The Eddy o La materia oscura) de esta Marie Curie cuya obstinación, sigue, quizá no la convierta en la persona más querida del mundo, pero sí en la más interesante. Mi madre siempre quiso que yo fuera una mujer independiente y me hablaba de dos modelos, Simone de Beauvoir y Madame Curie. No soy filósofa ni científica, pero sí independiente. Como Maria Sklodowska, usted también fue ‘extranjera’ en París. Hay paralelismos, y me encantaría decir que uno de ellos es que ambas somos genios, pero no es el caso. Las dos teníamos 23 años cuando vinimos a París por un motivo similar: en nuestros países de origen no podíamos desempeñar el trabajo que queríamos. Ambas trabajamos en un mundo de hombres… y yo, como Marie, nunca permití que eso fuera un problema.
¿Qué aporta de nuevo su Madame Curie?
Mi protagonista no es musa de Pierre Curie, no es simplemente su mujer, su asistente o alguien a su servicio, es una científica autosuficiente con las ideas muy claras.
Y lo más importante es lo que sucedió después de su descubrimiento de la radiactividad, con su cara buena (la potencial cura del cáncer) y su parte negativa (la bomba de Hiroshima). No era una pobre chica polaca que viajó a París para casarse. Fue capaz de conseguir dos Premios Nobel y transformar la historia de la humanidad. Pero también es importante su historia de amor, y cómo Pierre y ella se retroalimentaban.
¿Dio con algún documento que le ofreciera la clave de cómo quería contar la historia?
Me fascinó leer la carta que escribió cuando la nombraron profesora en la Sorbona, la primera mujer en conseguirlo. La encabezó con un contundente
Estos imbéciles me han nombrado…
Visité el Museo Curie e hice experimentos, he leído libros de física nuclear, de química… Fue un año muy intenso, hasta que me vi lista para contar su historia.
Una historia con la que empatizó la protagonista, Rosamund Pike.
Rosamund es una mujer listísima, que además ama la ciencia y sabe perfectamente lo que está haciendo cuando rodamos las escenas en el laboratorio. No está pensando en a qué hora se corta para comer. Eso es lo que hace que una película sea creíble o no. Aunque tiene una mirada fría, cuando sonríe ilumina todo el set, es pura magia, como si se hubiera tragado a Madame Curie. Y Sam Riley (Pierre) es fantástico, no tiene problema en interpretar al marido de…
Otros actores sí lo habrían tenido.
Lleva cinco largos y no ha vuelto al cómic.
Conté historias en forma de cómic en una etapa de mi vida, pero no tenía nada de sorprendente. Cuando terminaba de dibujar lo miraba y no me decía nada. El cine es diferente. Soy muy solitaria, y hacer películas me obliga a colaborar en equipo, lo cual me ha deparado sorpresas. Ha sido una evolución natural, no tengo intención de regresar al dibujo.
ESTRENO: 4 DICIEMBRE (R. U., Hungría, 2019, 109 min.).
Radioactive BIOPIC.