EN LAS ALTURAS
Sin estrellas conocidas, el musical saca partido del eslogan “del creador de ‘Hamilton’, Lin-Manuel Miranda”. Un boricua que habla como si se le acabara el tiempo de su éxito, su humor y su lucha.
¿Por qué escribió en el guion de trabajo de Chu la frase No la cagues?
Fue una broma que sigue la tradición de los grandes. (Stephen Sondheim escribió lo mismo a Meryl Streep en el guion de
Into the Woods (R. Marshall, 2014).
¿Por qué no ha dirigido usted esta adaptación de su propia obra?
No habría sabido despegarme, la llevo demasiado dentro, es muy íntimo. Jon es la persona perfecta, capaz de llevar mi visión a la pantalla, pero añadiendo su mirada. Lo supe desde que nos conocimos en 2013 o 2014. Desde el primer día este hijo de inmigrantes me dijo: No soy latino, pero mi familia también tiene su bagaje.
Vino dispuesto a hacer de En un barrio de Nueva York una gran producción, nada de un pequeño musical independiente, sino un superespectáculo con la cámara bien anclada en la realidad y sin pedir disculpas.
¿En qué ha cambiado el musical desde que lo escribió hasta hoy?
Lo escribí a los 18 años como una obra de un único acto de 80 minutos que siempre quiso ser grande y que acabó siendo un hit porque todo el mundo en la comunidad conocía a alguien en el reparto y quería verlo.
Y que ahora competirá con el remake de un clásico histórico como West
Side Story con Steven Spielberg como director…
West Side Story es algo muy especial para nuestra comunidad porque fue el primer musical que nos dio trabajo a los latinos en Broadway. Lo divertido es que como puertorriqueño que se quería labrar carrera en el teatro, pero era incapaz de bailar como Bernardo, nació la necesidad de escribir otros papeles para hispanos más inspirados en lo que veía en el barrio.
Y, parafraseando su canción, ¿qué haría si le tocaran 96.000 dólares?
Me siento como si me hubiera tocado la lotería. De verdad. ¿Lo que haría? Invertir en el barrio, algo que ya hago con la reconstrucción del Teatro United Palace. Nos sirvió como cuartel general durante el rodaje y ahora lo he reconstruido con mi dinero, con un nuevo equipo de alta definición, para que Washington Heights cuente con un cine como Dios manda.