In my opinion
GARRAS DE ASTRACÁN
La pérdida de la inocencia es un concepto que en la ficción suele referirse al desfloramiento de una jovencita o al asesinato de Kennedy, dependiendo de si quien te lo cuenta es francés o americano. Cristóbal Garrido y Adolfo Valor son de aquí, así que Reyes de la Noche va de fútbol. Concretamente, de ese momento en el que dejó de ser solo un juego. Cuando los equipos se convirtieron en negocios. Cuando el entretenimiento pasó a estar más en los programas deportivos que en los campos. Cuando el deporte se convirtió en el súmmum de la codicia, la especulación, la egolatría. O sea, material de primera para una serie. En aquel tiempo, cada noche en la radio, dos señores que apestaban a cuero, madera y puro se tiraban de los pelos como niñatas. Reyes de la Noche da el lugar que merece a este exceso de vulgaridad convirtiéndolo en una divertida comedia con unos protagonistas que poco tienen que ver con el original. Al menos, en apariencia. Javier Gutiérrez y Miki Esparbé son atractivos, ocurrentes, sexis. Bendita ficción que pule, fija y apetece ver. Mantienen, eso sí, la esencia mezquina de la confrontación y la falsa dicotomía entre lo viejo y lo nuevo. Llamemos a las cosas por su nombre: no fue una lucha de titanes, fue una peleíta ridícula entre Varón Dandy y Agua Brava.