5º BCN Film Fest.
Barcelona respondió como nunca a esta quinta edición del BCN Film Fest, acaso la más mediática y madura y que ha asentado definitivamente el certamen en el panorama de festivales.
Johnny Depp buscando desesperadamente el Guernica en Barcelona; Isabelle Huppert jugando con humor a prorrogar su leyenda de antipática; las nietas de Charles Chaplin felices de que una nueva generación descubriera la obra de su abuelo… Podríamos resumir en estos instantes todo lo que ha sido la quinta edición del Festival Internacional de Cine de Barcelona-Sant Jordi: complicidad, participación, humor, cinefilia e incluso a veces muy buenas películas.
UNA EDICIÓN MÁS QUE PROMETEDORA
Acaso entre esas muy buenas películas no llegarían a estar las ya estrenadas
El fotógrafo de Minamata, de Andrew Levitas, concienciado biopic fotoperiodístico de denuncia ecosanitaria; o Mamá María, de Jean-Paul Salomé, un divertimento policíacocriminal que anunciaría el nivel de las varias comedias francesas ( El triunfo, de Emmanuel Courcol;
Envidia sana, de Daniel Cohen, y el film de clausura, Entre rosas, de Pierre Pinaud) que hicieron sonreír, bajo las mascarillas correspondientes, al gran número de asistentes. La inauguración fue un preestreno de lujo, la discutible
Una joven prometedora, de Emerald Fennell. Se debatió tanto a la salida de las sesiones (en grupos de cuatro manteniendo la distancia de seguridad) como se aplaudió y se lloró con El olvido que seremos, de Fernando Trueba, o se rio de lo lindo gracias a otro Fernando, Colomo, y su divertido Poliamor para principiantes.
ESPINAS Y ROSAS
El jurado (formado el de la Sección Oficial por Jaume Balagueró, Laia
Marull y Mario Gas) no se dejó engañar por algunas de las propuestas (e interpretaciones) más atosigantes del certamen, entre las que estaría el plúmbeo biopic de las últimas horas del poeta Dylan Thomas (un insoportable Rhys Ifans) que es Last Call, de Steven Bernstein; la cursilada con Naomi Watts y un pajarito ( La familia Bloom, de Glendyn Ivin), o si James Joyce hiciera una fotonovela ( Una canción irlandesa, de John Patrick Shanley).
Sin embargo, fueron más las flores que las espinas y títulos como la comprometida y emotiva Pequeño país, de Éric Barbier; la destroyer y jubileta comedia finlandesa Damas de hierro, de Pamela Tola; la estilizada La mujer del espía, de Kiyoshi Kurosawa, y las excelentes Hotel Coppelia, del dominicano J. Mª Cabral, y Sombra, absorbente thriller portugués escrito y dirigido por Bruno Gascon.
PASADO, PRESENTE Y FUTURO
¿Cómo no amar un festival que te reúne por videollamada con un muy extrovertido Nicolas Winding Refn a propósito de su, hasta hoy inédita comercialmente, Valhalla Rising; que ofrece la obra completa de Chaplin, lo mejor del cine japonés de ayer y hoy, el estreno en España de una inédita obra maestra de Satyajit Ray como Charulata. La esposa solitaria, una delicia documental como Paolo Conte, via con me, de Giorgio Verdelli, y que celebra los 75 años de FOTOGRAMAS con la presentación (a cargo de nuestra directora Julieta Martialay en Madrid, y del redactor jefe Roger Salvans en Barcelona) y proyección de La bella y la bestia (1946) de Jean Cocteau?