Reencuentro para la historia. Santiago Segura y Javier Cámara recuerdan Torrente, el brazo tonto de la ley 25 años después.
Hace 25 años, Santiago Segura hizo historia creando al héroe más irreverente, casposo y taquillero del cine español con ‘Torrente, el brazo tonto de la ley’. Nuestro aniversario vuelve a reunir al artífice de tal proeza con Javier Cámara, su ‘partner in crime’. Director y actor se suben a nuestro taxi para apatrullar los recuerdos de un rodaje inolvidable.
Cuando me doy cuenta de que han pasado 25 años me da cosa, pero luego pienso en los 75 de FOTOGRAMAS y me digo: Bueno, hay gente más vieja que nosotros. Santiago Segura no podía faltar en nuestro aniversario. Muy elegante para la ocasión, el director vuelve a apatrullar las calles de Madrid con nosotros y con un compañero de lujo: Javier Cámara. Y es que todo derroche es poco para rendir homenaje a Torrente, el brazo tonto de la ley, el héroe más taquillero, casposo y detestable de la historia de nuestro cine. La idea surgió de un personaje que creé para un vídeo de los verdes ecologistas y que se llamaba Benito Villamarín Torrijos. Era un tipo deleznable obsesionado con el servicio militar. Tiempo después, vi a un señor llamar ‘chinita’ a una camarera en un restaurante oriental. Me violentaba, pero no podía dejar de mirarlo, recuerda. Siete años más tarde, y en pleno apogeo de los villanos televisivos creados por series como Dallas o Falcon Crest, Santiago decidió que ya era hora de llevarlo a la gran pantalla. Aunque en un primer momento se planteó la película como una mezcla entre neorrealismo italiano y cinéma vérité – Era solamente él deambulando y haciendo sus mierdas, hasta que acababa muerto en un vertedero–, finalmente decidió que lo mejor era buscarle un partner in crime. Y apareció, por casualidad, el actor perfecto para encarnar a Rafi.
UN EQUIPO KAMIKAZE
Todavía era estudiante de Arte Dramático y, después de hacer mi primera muestra de teatro, entró Santiago al camerino y me dijo: Tú y yo un día vamos a hacer una película juntos, recuerda Cámara. Tardó siete años en cumplir su promesa, pero lo hizo. La primera batalla de Segura fue convencer a Andrés Vicente Gómez, el único productor que se atrevió con aquel guion y le sugirió que la protagonizara Alfredo Landa, de que Javier era algo más que un actor de televisión. La primera sensación que invadió a aquel joven fue el vértigo: No las tenía todas conmigo. Torrente entroncaba con algo muy sucio, muy picaresco y muy español, pero tenía chistes que no se podrían hacer ahora. Seguí a Segura como un kamikaze. A él, se unieron una galería de actores maravillosos, como el propio Santiago los define, con Chus Lampreave y Neus Asensi a la cabeza y una larga ristra de cameos que se convirtieron en una de las señas de identidad de la saga. Estaba Trueba de cura dándole la
“En mi primera idea de la película, Torrente solo deambulaba, haciendo sus mierdas, y al final acababa muerto en un vertedero”. Santiago Segura, director.
“No las tenía todas conmigo. Ese guion era muy picaresco y español, pero había chistes que no se podrían hacer ahora”. Javier Cámara, actor.