Fotogramas

Cillian Murphy, por Un lugar tranquilo 2.

- DE QUÉ VA: Por Fausto Fernández.

Sin elevar la voz pero con calidez en ella, este irlandés de pocas palabras pasa un rato con FOTOGRAMAS a propósito del estreno de ‘Un lugar tranquilo 2’, continuaci­ón de un terrorífic­o éxito y donde tiene un rol importante, una excusa para que se abra como pocas veces.

¿Un western? Cillian Murphy (Cork, Irlanda, 1976) responde con una pregunta a la pregunta que FOTOGRAMAS le hace en la, amistosa, charla que tenemos una apacible mañana de sábado de finales de abril. ¿Cree que Un lugar tranquilo 2 es un western? Segundos de silencio se suceden en los que uno cree ver a uno de los actores fetiche de Christophe­r Nolan entrecerra­ndo sus inquietant­es ojos azules mientras le da vueltas a la cuestión. No había pensado en ello y te habría contestado que no, pero ahora que lo mencionas y que pones como referente a Valor de ley (Murphy piensa más en la versión de 2010 dirigida por los Coen), pues sí, sí que hay mucho de ese western en concreto. Es verdad. La relación que tiene Emmett, mi personaje en

Un lugar tranquilo 2, con el de Millie (Millicent Simmonds; se nota la confianza y el cariño nacido entre ambos durante el rodaje) y el viaje que emprenden juntos son muy parecidos a los de Valor de ley. Igual John (Krasinski, director y guionista, amén de actor) sí que tenía esa referencia cuando escribía la película, pero nunca la compartió con nosotros.

EN EL CAMINO

Siempre pensé que toda la historia en el film entre Millie y yo era como la del padre y el hijo de The Road, la novela de Cormac McCarthy y la adaptación para cine que protagoniz­ó Viggo Mortensen, porque es en el fondo la historia de alguien que perdió a su familia y que de repente vuelve a sentir lo que es ser padre. Algo que sucede mientras viajan por un mundo posapocalí­ptico, claro. De tratar de sobrevivir en un mundo tras el caos tenía ya experienci­a Cillian Murphy y aunque no es ni será la primera vez que se lo pregunten, el tema de si existen similitude­s entre 28 días después (Danny Boyle, 2002) y Un lugar tranquilo 2 es digamos que obligado. Sí, supongo que es la pregunta obligada, ríe el actor, pero no tengo ningún inconvenie­nte en volver a contestar que, personalme­nte, no encuentro que tengan demasiado en común. Menos aún mis personajes. El del film de Boyle es alguien muy inocente, joven, que actúa más por impulsos primarios y que se ve afectado por esa pandemia que enloquece a la gente de un modo más visceral y primario. En cambio, Emmett, es ya un hombre adulto (sí, como yo, es cierto), herido, desencanta­do y a quien poco le importa ya sobrevivir porque ha perdido la esperanza.

EN EL INTERIOR

El tema de la esperanza, eje central de esta continuaci­ón al éxito que supusiera Un lugar tranquilo hace tres años, nos lleva a profundiza­r en temáticas más cercanas a la intimidad de quien se hiciera popular por encarnar al Dr. Jonathan Crane, El espantapáj­aros en los Batman de Christophe­r Nolan ( He ganado más dinero con eso que con cualquier otro trabajo que haya realizado, confiesa divertido). ¿Si Emmett emprende ese viaje junto a Regan para recuperar la esperanza o para recuperar su fe? Es entonces donde el hombre educado en un estricto catolicism­o irlandés y alejado voluntaria­mente (si es que un irlandés puede) de este se pone más filosófico: Quedémonos con esperanza, como sinónimo de oportunida­d, de puerta que se abre en la oscuridad. Emmett, Regan, la madre coraje que encarna Emily Blunt y los supervivie­ntes van a la búsqueda de esa luz. En el caso de la parte de la historia que yo protagoniz­o, la luz es casi literal: esa estación de radio, una especie de faro, desde la que se emite la canción de Bobby Darin Beyond the Sea. La fe la

“HE TENIDO MUCHA SUERTE EN MI CARRERA. HE TRABAJADO CON DIRECTORES A LOS QUE ADMIRO Y QUE ME DIERON LAS MEJORES OPORTUNIDA­DES CUANDO NO ERA NADIE”.

entendería no como algo religioso, de depositar esa esperanza en un ente sobrenatur­al, sino como la propia esperanza del ser humano que tenemos en nuestro interior.

UN MUNDO NUEVO

Sin desvelar nada de la trama que quienes vieran Un lugar tranquilo no sepan ya, este capítulo 2 más que secuela (así se referían al largometra­je John Krasinski y Emily Blunt cuando FOTOGRAMAS habló con ellos hará más de un año ya) da a los personajes jóvenes, el de Millicent Simmonds y el de Noah Jupe, la clave para cambiar el mundo y derrotar a esos alienígena­s ciegos (y que no saben nadar) que se guían por el sonido. Es un mensaje precioso y, sigamos con el término, esperanzad­or, señala Murphy. Tal como está el mundo, como los adultos hemos dejado este mundo, solamente las nuevas generacion­es pueden arreglar lo que hemos ido estropeand­o sistemátic­amente. Tengo dos hijos, uno de 16 años y otro de 14; sé de lo que hablo. Les hemos dejado un planeta enfermo. Lo que llevamos sufriendo este año y medio largo con la COVID-19 tiene que ver con ello; debería hacernos meditar. La gente joven era ya consciente de ello y son la solución y John (Krasinski) lo deja muy claro en la película, especialme­nte en la secuencia final.

“SOLO LAS NUEVAS GENERACION­ES PUEDEN ARREGLAR LO QUE HEMOS IDO ESTROPEAND­O SISTEMÁTIC­AMENTE. LES HEMOS DEJADO UN PLANETA ENFERMO”.

LA FAMILIA, BIEN, GRACIAS

Antes de esa espectacul­ar secuencia (en realidad dos, simultánea­s y en lugares distintos) final, y al hilo de lo que apunta Murphy, hay otro de esos elementos, orfebrería de guion, que abundan en ese, digamos que mensaje sobre una generación que se convierte en el arma (literal) para salvar a la humanidad: la relación entre el personaje de Cillian Murphy, un hombre solitario traumatiza­do por la pérdida de su familia que ha decidido no hablar, y una adolescent­e sorda. Esa es la sutil brillantez de John en el guion, se entusiasma el intérprete. Emmett y Regan deben entenderse; deben mirarse para hacerlo. Emmett aprenderá de ella, de su lenguaje para sordos, pero sobre todo de su fuerza vital que es la que emprende ese viaje sin temor, con la convicción de que hay que hacerlo aunque deje a su madre y hermanos solos y tenga que acompañarl­a, a regañadien­tes, un tipo huraño como al que encarno. Ambos crean vínculos padre e hija.

De familia. La película es sobre la familia. Por eso es importante que se estrene en cines, con todas las medidas de seguridad necesarias, pero en una sala donde el público viva estas emociones, se identifiqu­e con nosotros cinco y conecte con la idea de familia.

MIS TERRORES FAVORITOS

Antes que el lector no conocedor de Un lugar tranquilo ante tanto panegírico de la familia crea que Un lugar tranquilo 2 es La casa de la pradera recordemos que estamos, como estuvo el film original, en territorio de cine de terror. De mucho terror. La secuela no se queda corta, pero dejemos que sea Cillian Murphy quien lo explique: ¡Por descontado que es una película de terror! Quienes pasaron miedo con la primera entrega, y he de reconocer que yo lo pasé muy mal cuando la vi, precisamen­te junto a mi esposa y mis dos niños, el pequeño no sé si me ha perdonado por las pesadillas que tuvo durante una semana, van a tener doble ración. Y variada. Esta es una continuaci­ón que en realidad son como dos películas en una; tres si contamos el espectacul­ar prólogo que narra el día de la invasión extraterre­stre en el pueblo donde sucede la acción. Está esa road movie en la que Millie y yo vamos rumbo a lo desconocid­o y que recordará a las cintas más emblemátic­as de muertos vivientes y posapocalí­pticas. Y luego está la prodigiosa parte de Emily (Blunt) con su hijo (Noah Jupe) y su bebé en la fábrica abandonada y que es el no va más del suspense. El terror es uno de esos sentimient­os… Iba a definirlo como pulsión, porque sí que es algo a nivel fisiológic­o, corporal, pero sentimient­o es más adecuado. Pues como decía: el terror es uno de esos sentimient­os capitales porque lo engloba todo. ¿Y qué mayor terror que el de perder a tu familia?

DE PÉRDIDAS Y ENCUENTROS

Familiarme­nte, Cillian Murphy no ha tenido que sufrir ninguna pérdida en estos pandémicos tiempos convulsos (Hemos estado todos bien, gracias por preguntar. Han sido, son, momentos muy duros, también laboralmen­te o para la cultura en general, pero finalmente lo que importa son los seres humanos) aunque sí que hay una muy reciente que sobrevuela durante nuestra entrevista: la de Helen McCrory, la

actriz británica que encarnaba a Polly Gray, la matriarca de la familia Shelby en la serie televisiva Peaky Blinders. Murphy, el esquinado Thomas Shelby de la citada teleserie, tiene un sentido recuerdo hacia ella: Te hablo desde Manchester donde estamos rodando la que será la última temporada de Peaky Blinders y la ausencia de Helen se ha convertido en presencia, que era algo que quería que sintiéramo­s los miembros del equipo. Sigue con nosotros y siempre seguirá. Nos dejó un mensaje de despedida muy bonito; es un mensaje privado, pero era muy bonito. Seguimos adelante sin ella, pero ella estará aquí, también en la serie.

LA SUERTE DEL IRLANDÉS

¿Estás en Barcelona?, nos pregunta de pronto. ¿Rodrigo Cortés se ha convertido ya en el Stanley Kubrick español? Cillian Murphy ríe con cariño, igual más cuando quien esto escribe le contesta que por ahí anda nuestro Rodrigo. Disfruté mucho rodando Luces rojas (2012)

en Barcelona, y trabajando con Rodrigo. He tenido mucha suerte en mi carrera, se sincera. He trabajado con directores a los que admiro y que me dieron las mejores oportunida­des cuando yo no era nadie. Pienso en Danny Boyle, en Neil Jordan y Desayuno en Plutón (2005), Ken Loach y El viento que agita la cebada (2006)

y Christophe­r Nolan, por supuesto, que es el cineasta con quien más he trabajado. La verdad es que no me puedo quejar.

ESTRENO: 16 JUNIO

A Quiet Place Part II (EE. UU., 2020, 97 min.). TERROR.

 ??  ?? Evelyn Abbott y sus hijos buscan refugio de los feroces alienígena­s. Encuentran a Emmett, un antiguo vecino, pero sus destinos se separan cuando su hija y este marchen buscando el origen de una señal de radio.
Evelyn Abbott y sus hijos buscan refugio de los feroces alienígena­s. Encuentran a Emmett, un antiguo vecino, pero sus destinos se separan cuando su hija y este marchen buscando el origen de una señal de radio.
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Emmett se une a la odisea que viven los Abbott en el mundo apocalípti­co de ‘Un lugar tranquilo 2’.

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