Fernando González Molina, por Paraíso (TV).
La primera (y ambiciosa) serie original de género fantástico firmada por Fernando González Molina abre sin complejos la puerta a una realidad paralela, en un sobrecogedor viaje adolescente al verano de 1992.
Va de retro. Con una amalgama vintage de series como V o Verano azul como referente, aquellas capaces de reunir frente al televisor a toda la familia, Fernando González Molina (Trilogía del Baztán, Palmeras en la nieve) regresa a sus orígenes televisivos ( Los hombres de Paco, 2006) para crear en Paraíso un edén propio. Su nueva (y ambiciosa, mucho) propuesta nos traslada a una realidad paralela de siete episodios ubicados en los años 90, época en la que me siento cómodo porque yo tenía entonces la edad de mis personajes. La serie, que habla de la pérdida, de la necesidad de trascender y de los miedos de la adolescencia, nace a partir de todas nuestras obsesiones juveniles, el cine de aventuras de Spielberg, de Joe Dante, de Robert Zemeckis… Un esfuerzo tremendo en el que me he dejado años de mi vida (cuatro para ser exactos), solo comparable al compromiso que adquirí con Palmeras en la nieve. Ahora mismo estoy exhausto, buscando aliento, respirando hondo y esperando a recibir la reacción del público.
A vista de pájaro, Paraíso podría recordarnos a Stranger Things, algo que González Molina no reprocha, sino que agradece: Esa serie es un referente para la historia. Pero en España se están haciendo series muy interesantes y Paraíso es una de ellas. Mi propuesta es diferente. No puedo dar detalles para no destriparla, pero es profundamente española, emocional, misteriosa, con elementos de Tres metros sobre el cielo o Tengo ganas de ti (dos de sus películas más taquilleras) porque eso es lo que sé hacer, historias emocionales. Perdidas. La primera producción original de género fantástico de Movistar+ arranca con la desaparición de tres chicas de 15 años durante una fiesta en la discoteca Paraíso (cuyo nombre es un homenaje a mi chico, que