Claudio Biern Boyd, por D’Artacán y los tres Mosqueperros.
Responsable de las series que transitaron nuestra infancia, de ‘Ruy, el pequeño Cid’ a ‘David, el Gnomo’, pasando por decenas de títulos más, el entusiasta creador de sueños animados Claudio Biern Boyd (Palma de Mallorca, 1940) celebra sus 50 años al frente de BRB Internacional estrenando su primer largo para cine, ‘D’Artacán y los tres Mosqueperros’.
Aunque se le conoce como el Walt Disney español, comparación que desmonta en segundos (En dibujo siempre conseguía lo que mi profesor denominaba un ‘cero peludo’, jamás he sabido dibujar),
Claudio Biern Boyd tiene más de Roy (Disney) que de Walt: Su hermano era el cerebro, el que montó el estudio, aunque yo no le llego ni a la suela del zapato. Este licenciado en Derecho que jamás ejerció, fundó BRB Internacional hace ya 50 años (y ha creado también Apolo Films), adquiriendo los derechos para España de series míticas como Tom y Jerry o La pantera rosa, sus favoritas. Hasta que en 1980 decidió crear un universo propio que ha abrazado la infancia de millones de niños españoles.
Un abogado que no ejerce como tal se convierte en creador de series de dibujos animados sin saber dibujar. ¿Dónde está el truco?
La vida tiene estas paradojas, no puedo explicarlo. Yo era muy buen estudiante, pero nulo en dibujo. Cuando alguna vez me han reconocido, y me piden uno con una dedicatoria, siempre opto por el selfie. De dibujar, ni pajolera idea.
Pero los personajes de sus series, los ha creado usted.
A los personajes los tengo en la cabeza al milímetro, y hago el retrato policial, el retrato robot. Reúno a mi equipo y ellos van dando forma a lo que yo ya veo en mi mente.
¿Ningún atisbo de violencia en esas ‘visiones’?
En todas mis series hay algún valor a transmitir. En
D’Artacán y los tres Mosqueperros, la amistad y la lealtad; en Willy Fog, un guiño antixenófobo porque el protagonista, lord británico, se casa con una princesa india; en David, el Gnomo fuimos unos adelantados en la defensa del medioambiente… Nunca verás violencia, jamás un cuerpo desintegrado ni una gota de sangre. Esa es mi biblia.
¿Algún versículo en común con la biblia del mercado americano?
En España ha habido una evolución brutal, hay dibujantes maravillosos, películas como Tadeo Jones. Atrapa la bandera para quitarse el sombrero, pero no podemos competir, es imposible. Aquí no hay industria. En Estados Unidos hay beneficios fiscales para los estudios, si una película cuesta 30 millones de dólares se gastan otros 30 en promoción. Yo estoy empeñado, ahora que me he lanzado a estrenar D’Artacán y los tres Mosqueperros (después de 7 años luchando por el proyecto), en hacer lo mismo con Willy Fog pero en versión musical, con aquellas míticas canciones de Mocedades. Esa serie triunfó en el mundo, pero mi empeño no encuentra financiación aquí. Si yo estuviera en Estados Unidos sería multimillonario solo habiendo vendido mis marcas. Pero mi objetivo solo es hacer feliz a la gente.
¿Cómo ha afrontado este rescate de su propia serie para traerla a 2021, casi 40 años después? ¿Por qué D’Artacán y no otra?
Es un ejercicio de nostalgia. Siempre tuve claro que D’Artacán sería la primera en asomarse al cine, y lo ha hecho con Toni García como director. En 1980 hice 26 episodios de media hora que he tenido que reducir a 90 minutos. He tenido que ser fiel a Alejandro Dumas y a mí mismo. En la serie Julieta era una pánfila y ahora, en este viaje en el tiempo, ha tomado las riendas, es la jefa, liderando mensajes de empoderamiento. A todos los cambios me ayudó Doug Langdale, guionista americano de Kung Fu Panda. Y la música de Manel Gil-Inglada, interpretada por la orquesta sinfónica y el coro navarro bajo la batuta de una discípula de John Williams, Vanessa Garde, es gloriosa. Nos hemos gastado muchos miles de euros, pero ha merecido la pena.
¿Por qué decidió un día que su público serían los niños?
Sin quererlo he llevado un plan de marketing perfecto: seis hijos de dos matrimonios, de generaciones distintas. Adoro a los niños y en casa tenía el público objetivo.
ESTRENO: 20 AGOSTO