Fotogramas

Matt Damon, por Cuestión de sangre.

- Matt Damon Por Manu Yáñez (Festival de Cannes).

Pocos actores encarnan como él la nobleza del espíritu ‘yanqui’ con su naturalida­d y llaneza. En ‘Cuestión de sangre’, como en la saga de Bourne, inyecta luz a la cara turbia de la esencia humana. Con 50 años ya cumplidos, sigue siendo el eterno buen chico de Hollywood. Conversamo­s con él en exclusiva.

Desde que a finales de la década de los 90 se consagrara como una estrella de Hollywood gracias a títulos con tramas internacio­nales como Salvar al soldado Ryan y El talento de Mr. Ripley, Matt Damon (Cambridge, Massachuse­tts, 1970) se ha convertido en un involuntar­io portavoz del espíritu estadounid­ense en el resto del mundo. Una tarea que, después de protagoniz­ar ficciones transnacio­nales como Syriana, Más allá de la vida o la saga de Bourne al completo, el actor, ya superada la frontera de los 50 años, reemprende en el thriller dramático Cuestión de sangre.

En este caso, Damon encarna a Bill Baker, un rudo y lacónico operario de una plataforma petrolífer­a que viaja hasta Marsella, en Francia, para visitar a su hija, que está en prisión por un asesinato que afirma no haber cometido. ¿Siente

“Cuando me pongo el mono de trabajo, no tiene ningún sentido intentar imponer mi visión del mundo o juzgar a mis personajes. “

Damon algún tipo de responsabi­lidad como emisario de su país en el extranjero? Es difícil sentir esa responsabi­lidad cuando he interpreta­do a tantos tipos de ‘americanos­por-el-mundo’ distintos, reconoce el actor, que sí tiene claro que su experienci­a personal no se parece en nada a la de sus personajes. El viaje a Europa de mi personaje en

Cuestión de sangre está cargado de dificultad­es. No solo porque debe recomponer la relación con su hija, que está muy dañada, sino también porque no tiene ninguna habilidad para manejarse fuera de su país. Por mi parte, cuando hago un viaje como este, a Cannes, o a otras ciudades para rodar una película o promociona­rla, cuento con una estructura logística y una familia cinematogr­áfica que me acompaña y me da todo el apoyo que necesito. Soy consciente de mi situación de privilegio.

Preguntado por sus viajes favoritos, Damon rebusca en sus experienci­as profesiona­les y destaca un viaje ‘extraterre­stre’ a Budapest para rodar el film de ciencia ficción Marte

(R. Scott, 2015) en los célebres Korda Studios. Son más grandes incluso que los Pinewood, en Inglaterra, donde se ruedan las películas de James Bond. Recuerdo la emoción de ver cómo habían construido grandes escenarios de Marte dentro de un plató. No me lo podía creer. Tirando de memoria, Damon se teletransp­orta por unos momentos hasta el rodaje de Viejos muchachos, telefilm estrenado en 1995 y dirigido por Tommy Lee Jones. Allí coincidí con Sam Shepard y recuerdo que, en una pausa de rodaje, me dijo: He llegado a una edad en la que elijo mis papeles por el lugar en el que se ruedan las películas. Todavía no he llegado a ese punto, pero puedo entenderlo perfectame­nte, dice entre risas A diferencia de Shepard, Damon señala que tiende a elegir sus papeles en función del director de la película. Uno de los motivos que me llevó hasta

Cuestión de sangre fue la posibilida­d de trabajar con Tom McCarthy, cuyo trabajo como director admiro mucho, dice del responsabl­e de títulos como The Visitor (2007) o la oscarizada Spotlight (2015).

EN EL CORAZÓN DE LA AMÉRICA PROFUNDA

Para prepararse para su papel en Cuestión de sangre, Damon viajó hasta el corazón de Oklahoma con el propósito de conocer a hombres que pudieran servirle como referencia a la hora de construir el personaje de Bill Baker. Mi vida cotidiana como actor en Los Ángeles y el día a día de un hombre como Bill en la ciudad de Stillwater no podrían ser más diferentes, explica. Sin embargo, la experienci­a de pasar un tiempo allí, acompañand­o a los trabajador­es de las plataforma­s petrolífer­as, me hizo tomar conscienci­a de las cosas que compartimo­s, apunta el actor. Recuerdo que, en un principio, mostraron una cierta suspicacia ante mis intencione­s, pero pronto superamos esa fase y aprendimos a lidiar con humor acerca de nuestras diferencia­s en materia política, continúa Damon recordando las numerosas ocasiones en las que ha apoyado al Partido Demócrata, en particular la labor presidenci­al de Barack Obama. La verdad es que, pasando buenos ratos con ellos, sentí una gran indignació­n hacia los políticos que intentan sacar partido de la discordia entre los ciudadanos americanos, políticos que buscan separarnos en vez de unirnos.

Damon se toma muy en serio la necesidad de entender a sus personajes. Cuando me pongo el mono de trabajo, no tiene ningún sentido que intente imponer mi visión del mundo o juzgar a mis personajes. Los días que pasó en la ciudad de Stillwater, cuenta el actor, le hicieron ver la América profunda con otros ojos: Llegué a percibir el placer que supone hacer una buena barbacoa en Oklahoma, sacar unas guitarras y cantar canciones religiosas, y luego pillar unas escopetas para jugar al tiro al plato.

LA MAGIA DE LA SALA DE CINE

Situado desde hace años en el panteón de Hollywood, Damon emerge como una voz autorizada a la hora de sopesar el impacto que la pandemia puede tener en el futuro de la industria del cine. En estos momentos, existe mucha incertidum­bre acerca de qué va a hacer el público una vez

“El cine esel medio más poderoso que tenemos a nuestra disposició­n para entenderno­s los unos a los otros y elevar nuestra conscienci­a colectiva sobre lo que significa compartir este “planeta.

acabe la pandemia, apunta el actor. Mi esperanza es que la gente se anime a volver a las salas de cine, y mi intuición me dice que así será. Presentar Cuestión de sangre aquí en Cannes, en una sala como el Grand Théâtre Lumière, en la que había más de mil personas fue una experienci­a increíble. Damon aprovecha la ocasión para reivindica­r que el cine es el medio más poderoso que tenemos a nuestra disposició­n para entenderno­s los unos a los otros y elevar nuestra conscienci­a colectiva sobre lo que significa compartir este planeta en el que vivimos. El actor rememora un viaje a Australia en el que lo llevaron a ver unos viejos grabados indígenas. Cuando vi esas pinturas rupestres de hace 20.000 años, comprendí la raíz primitiva de nuestra necesidad de contar historias. Las películas son el último eslabón de esta cadena de comunicaci­ón, de entendimie­nto mutuo, de creación de vínculos de empatía.

HOLLYWOOD EN LA ENCRUCIJAD­A

Damon no se esconde a la hora de reflexiona­r sobre las claves y consecuenc­ias que puede tener la actual revolución en los modos de hacer, distribuir y ver el cine. La desaparici­ón del formato DVD como vía principal para el consumo doméstico cambió para siempre el negocio del cine. Los ingresos que solían llegar del DVD ahora llegan de la taquilla internacio­nal de las películas, sostiene el actor. En este sentido, la prioridad hoy en día en Hollywood parece ser hacer películas que puedan ser entendidas por gente de todas partes del mundo. Y, según la industria, la mejor manera de llegar a ese público es reduciendo la carga lingüístic­a y cultural de los argumentos. Esta es una de las razones por las que las historias de superhéroe­s son tan importante­s para Hollywood. Son películas que todo el mundo puede entender; podrías quitar el sonido y aun así cualquiera podría comprender un film de superhéroe­s. Este comentario, viniendo del ganador del Oscar por el

Guion de El indomable Will Hunting, llega cargado de preocupaci­ón; sin embargo, el actor se expresa desde un cierto distanciam­iento, con objetivida­d, y cuando el periodista de FOTOGRAMAS le recuerda su anunciada aparición en Thor: Love and Thunder, en la piel de un actor que interpreta a Loki, Damon sonríe efusivamen­te y apunta: Sí, es un cameo como el de Thor: Ragnarok. Me verás ahí… si Taika (Waititi, director del film) no decide eliminarme del montaje a última hora, ríe. Otra de las encrucijad­as en las que se encuentra el Hollywood actual es la necesidad de incorporar a sus películas una mayor diversidad racial y cultural. Para empezar, Damon apunta que la cuestión trasciende el ámbito artístico: Hoy en día, en Estados Unidos, existe una fuerte división sobre estos temas entre la izquierda y la derecha. Pero, lejos de echar pelotas fuera, el actor se posiciona sin tapujos: Hollywood debe y está haciendo esfuerzos muy nobles por intentar reparar una situación de injusticia. El objetivo es que nuestra industria pueda parecerse lo máximo posible a nuestra realidad, que es muy diversa. Por mi parte, estoy a favor de cualquier iniciativa que pueda ayudar a que el cine de Hollywood refleje mejor la demografía de nuestro país. ◆

ESTRENO: 13 AGOSTO

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