PREGUNTAS SIN RESPUESTA

¿Por qué nos cuesta tanto asimilar la carrera en Hollywood, con títulos como Homer y Eddie o Tango & Cash, de Andrei Konchalovsky, el director de la magnífica Queridos camaradas?

¿Por qué se ha tardado tanto en proponer desde Cultura una reforma de la Ley de Patrimonio Histórico de 1985 para ampliar la salvaguarda del patrimonio audiovisual y cinematográfico? ¿Qué datos manejan las distribuidoras para creer que doblajes como el de Lola Indigo con el rol de Lola Bunny en Space Jam: Nuevas leyendas

llevan más espectadores al cine?

¿POR QUÉ PEDRO ALMODÓVAR HA ESCOGIDO VENECIA Y NO SAN SEBASTIÁN PARA PRESENTAR SU ESPERADA ‘MADRES PARALELAS’?

¿Por qué en estos tiempos tan sosos y mojigatos agradecemos tanto la incorrección de autores irreductibles como Paul Verhoeven y Leos Carax? ¿Por qué el Blue Origin, la nave con la que Jeff Bezos voló 10 minutos por el espacio, parecía sacada de la saga Austin Powers? ¿Por qué, en Viuda Negra, no nos sacábamos de la cabeza ni el argumento de la serie The Americans ni, viendo el rol de Ray Winstone, la figura de Harvey Weinstein?

¿Por qué seguimos uniendo bajo la etiqueta de ‘comedia francesa de éxito’ cintas tan distintas como Borrar el historial,

¡Al abordaje! o la bochornosa

Misterio en Saint-Tropez?

¿Qué tiene la ciudad de Viena para añadir esa capa turbia a los thrillers que, como Las apariencias, se ruedan en ella? ¿Cuándo blockbusters como

La guerra del mañana dejarán de copiar los bichos de Alien, Monstruoso o Depredador y

crearán bestias inéditas? ¿Qué nuevos frentes se abrirán con la decisión de festivales como el de Berlín y Donostia de eliminar la distinción de géneros en los premios de interpretación?