Operación Marea Negra.
La nueva serie de Daniel Calparsoro, un thriller protagonizado por Álex González (TV).
¡Inmersión! Hemos construido un submarino de 20 metros de eslora para rodar en exteriores y arrastrarlo por el mar. Tenemos, aparte, un decorado que reproduce el interior de la nave y, además, hemos fabricado un módulo para sumergirlo en un tanque de agua, ya en estudio, para complementar las escenas marinas de tormenta. El realizador Daniel Calparsoro no oculta su satisfacción al hablar del desafío que afronta con la serie Operación Marea Negra, liderada por Álex González para la plataforma Amazon. En sus cuatro capítulos, de 50 minutos, se adentrará en el océano tras haber explorado los límites del cine de acción en tierra firme en títulos como Invasor (2012), Cien años de perdón (2016) o Hasta el cielo (2020), film este último que pronto convertirá en serie, y en el que ya incluyó una secuencia trepidante en un ferri, en el trayecto de Ibiza a Valencia.
El proyecto supone un reto técnico complejo, añade, porque el submarino y los decorados cuentan con el apoyo de imagen digital, aunque lo más importante son siempre la historia y los personajes.
Narcosumergible. La trama se inspira, de modo muy libre, en el caso del primer narcosubmarino apresado en Europa. O al menos del primero del que se tiene noticia. Fue frente a la costa gallega, en noviembre de 2019. La nave, un semisumergible muy rudimentario, transportaba más de tres toneladas de cocaína. La tripulaban un marinero gallego, Agustín Álvarez, que había llegado a ser campeón de España de boxeo amateur, y dos ciudadanos ecuatorianos. En su día la noticia me interesó mucho, reconoce el realizador, así que cuando
“PARA EMBARCARSE EN SEMEJANTE AVENTURA HAY QUE ESTAR MUY DESESPERADO Y SER MUY AUDAZ O ESTAR UN POCO LOCO, O UN POCO DE TODO”.
desde Ficción Producciones (Vivir sin permiso) me ofrecieron el proyecto, que estaba aún en ciernes y sin guiones, me pareció irrechazable, un sí o sí. Porque aborda una gesta muy potente que recuerda a las grandes aventuras del siglo XIX y principios del XX, como la expedición de la KonTiki; de las que llevan al ser humano al límite de su audacia. Atravesar el Atlántico con una embarcación tan elemental, hecha de fibra de vidrio, sin ningún tipo de tecnología ni de GPS ni de motores avanzados, me parece fascinante. A esto hay que añadirle que, detrás de todo, estaba la intención de abrir una vía nueva para transportar droga de Iberoamérica a Europa.
Marino boxeador. Álex González asume el papel protagonista, Nando, en la serie. Esta es la tercera vez que el intérprete está a las órdenes del cineasta, que ya lo dirigió en
Combustión (2013) y en la miniserie
Inocentes (2010). Y es, también, la tercera ocasión que se pone los guantes de boxeo para subirse a un
ring, después de haber encarnado a púgiles en Segundo asalto (Daniel Cebrián, 2005) y Alacrán enamorado (Santiago Zannou, 2013). Quería volver a trabajar con él desde hace mucho, porque es un actor muy profesional, que lo da todo, y una de las personas que más energía positiva aporta en un rodaje, cuenta el director. La sorpresa fue que Álex no solo domina el arte del boxeo, sino que no necesitó tampoco ninguna instrucción en aspectos náuticos porque tiene el título de Patrón de Embarcaciones de Recreo (PER). Basado en hechos reales. La construcción de su personaje y de toda la trama está ficcionada a partir de
contar es cómo una persona se ve abocada a embarcarse en semejante peripecia. Solo se explica si estás muy desesperado y eres muy audaz o estás un poco loco, o un poco de todo, afirma Calparsoro. Nando es un gallego que se dedica a mariscar y practica boxeo. Lleva una vida humilde pero digna. Ve muy lejos cualquier posibilidad de ascenso social y le parece que el narcotráfico es una salida para tener un coche, una moto, una casa… en fin, una vida, que de otro modo le sería muy difícil alcanzar. Esto es lo más épico y lo que más me atrae.
Reparto internacional. Los compañeros de tripulación de Nando corren a cargo del colombiano David Trejos ( Loving Pablo, Fernando León, 2017) y del brasileño Leandro Firmino ( Ciudad de Dios, Fernando Meirelles, 2002). En su odisea, el trío afrontará tormentas, averías, hambre y discusiones. Un aspecto que me interesaba mucho es la convivencia en el sumergible, cómo se relacionan durante tantos días en un espacio cerrado y tan reducido. La serie tiene un componente emocional muy fuerte, pero también de thriller y de tensión, define el realizador. El círculo familiar y social del protagonista incluye a su prima, Gema (Nerea Barros); su tío, Valdés (Miquel Insua), que es quien lo embauca para meterse en el fregado; su abuelo, Antón (Manuel Manquiña); su entrenador de boxeo, Cesareo (Luis Zahera), y sus mejores amigos, Héctor (Carles Francino), que intenta apartarlo del mal paso que va a dar, y Sergio (Nuno Lopes).
Dirección compartida. Calparsoro, además de dirigir, ejerce de showrunner. He capitaneado el proyecto desde el principio. En el desarrollo de los guiones, en el diseño visual, en las localizaciones y en su reparto. Los guiones los firman Patxi Amezcua ( La sombra de la ley, Dani de la Torre, 2018), junto al que ya colaboró en su película El aviso (2018), y Natxo López ( Jefe, Sergio Barrejón, 2018), con quien no había coincidido hasta ahora. Se trabaja muy bien con ellos porque son dos guionistas de estilos muy distintos pero muy solventes. Al margen de esas tareas, ha rodado dos de los cuatro capítulos. El resto corren a cargo de Oskar Santos (El mal ajeno) con el portugués João Maia, como responsable de la segunda unidad. Oskar y yo vamos muy de la mano. De hecho he dirigido alguna secuencia de uno de sus capítulos y él alguna de uno de los míos, algo que podemos hacer porque no son episodios cerrados al cien por cien. De este modo él se va familiarizando con el equipo, para que no tenga que hacerse cargo de la serie de modo abrupto cuando me vaya yo. Coproducción con Portugal. Al tratarse de una coproducción de la gallega Ficción Producciones con la lusa
Ukbar Filmes ( El hombre que mató a Don Quijote, Terry Gilliam, 2018), el rodaje tiene lugar entre España –la Isla de Arosa, Palmeira, Corrubedo, Aguiño y Santiago de Compostela, entre otras localizaciones gallegas– y Oporto, entre las del otro lado de la frontera. La gran cuestión, una hipótesis que se barajó en su momento, es si el sumergible cruzó el Atlántico en solitario o pudo ser remolcado por un buque de mayor tamaño durante parte de su recorrido en alta mar. Calparsoro no alberga dudas al respecto: La única realidad es que, sin que ellos lo sospechasen, el sumergible estuvo bajo la vigilancia de la policía española y de otros países, que disponían de toda la tecnología de la que carecían ellos, desde que partió del Amazonas hasta que lo sacaron del agua aquí, en Aldán, en las costas de Galicia.