LA PELÍCULA MATRIOSKA
El cine se autorreferencia en multitud de films viajando en el tiempo para redescubrir sus clásicos. Una declaración de amor a su historia que nuestra cronista repasa desde la mítica y cincuentenaria ‘Verano del 42’.
En Verano del 42 (1971), que cumple 50 añazos, los protagonistas van al cine a ver La extraña pasajera (1942). Al cine de verano de Nantucket, donde no hay ballenas, tiburones ni pijos ricos de los de ahora, solo tres chicos con las hormonas revolucionadas y una bellísima Jennifer O’Neill de la que el menos patético de los muchachos se enamora perdidamente –todo el que ve la película lo hace–. Y como está en el lugar adecuado y en el momento preciso acaba teniendo su primera relación sexual con esa diosa. Cualquier cosa a partir de entonces será ir a peor. Pasa cuando Dorothy (O’Neill) se queda viuda de guerra y, desolada, se calza al adolescente con todo el cariño del mundo. A la pobre maestra Mary Kay Letourneau, que murió el año pasado, la metieron en la cárcel por tener relaciones sexuales con un menor (¿qué relaciones?, una historia de amor de verdad, con hijos y todo). El mayor delito siempre me pareció lo feo que era el crío. Está bien delinquir, pero no por un adefesio semejante. En el caso de Jennifer O’Neill es difícil que cualquier persona, animal o cosa no sea más feo que ella. Hermie (Gary Grimes) era normalito, pero un bálsamo para la tristeza infinita de ella en la película de Robert Mulligan.
Volviendo a las películas dentro de las películas y a Nantucket, qué buen cine de verano es ese. Me da la impresión de que hasta se anticipa, como esas obras de teatro de Eva al desnudo que se estrenan fuera, cerca de Nueva York, antes que en Broadway. La extraña pasajera se estrenó en octubre de 1942 en Estados Unidos. O sea, el verano había sido antes. Sin ánimo de ser exhaustiva, voy a dar un pequeño repaso a películas que salen en películas. También a las que no llegaron a salir. Nantucket está ligado a Moby Dick, de Herman Melville. Y Moby Dick, la película, casi estuvo ligada a Tiburón. Todos nos acordamos del momento en que Quint (Robert Shaw) aparece rasgando la pizarra con las uñas. Y nos acordamos del estremecimiento de todo el cine. Spielberg pensó en otra primera aparición de Quint. Estaría en un cine viendo Moby Dick
y riéndose de los efectos especiales de la ballena. Pidieron permiso a Gregory Peck, que tenía los derechos, pero no accedió. No porque no le pareciera buena idea que se rieran de su ballena, sino porque odiaba su interpretación y no quería que se viese la película.
En E.T. El extraterrestre resulta memorable el momento en que el adorable bicho está viendo El hombre tranquilo en la tele. Elliot, que comparte lo que tiene en la cabeza y está en una caótica clase con ranas sueltas, se transforma en John Wayne agarrando a una rubia alta a la que besa como Sean Thorton (Wayne) a Mary Kate Danaher (Maureen O’Hara). En El noviazgo del padre de Eddie se ve Mogambo;
en Gremlins, Blancanieves;
en Las normas de la casa de la sidra, King Kong y Rebeca; en El espíritu de la colmena, El doctor Frankenstein, y en Twister, El resplandor, con Jack Nicholson dándole al hacha para entrar al baño mientras la gente corre por la ventolera.
Christiane Kubrick, la mujer de Stanley Kubrick, ha dicho alguna vez que Verano del 42 era una de las películas favoritas del director. Por eso en El resplandor vemos la escena en la que Hermie ayuda a Dorothy a llevar la compra a su casa en el quinto pino de la isla con esas bolsas de papel imposibles de acarrear.
“CHRISTIANE KUBRICK, LA MUJER DE STANLEY KUBRICK, DIJO QUE VERANO
DEL 42 ERA UNA DE LAS PELÍCULAS FAVORITAS DEL DIRECTOR”.