SILENCIOS Y SENTENCIAS
Con Saw convertida en cultura popular (subtrama de Christopher Moltisanti en Los Soprano incluida), parecía complicado que Wan no lograse sacar partido del éxito, pero, ¿cómo superar aquella idea? Fácil: generando acólitos.
Silencio desde el mal (2007) demostró el amor que Whannell y él tenían por el terror clásico, repleto de oscuros escenarios y pausadas escenas que se tensan hasta que el espectador necesita un descanso. En Sentencia
de muerte (2007) nos regaló a un espeluznante Kevin Bacon en mitad de una espiral de venganza que volvió a convencer a los aficionados.