La receta de la felicidad
¿Se puede imaginar lo que ocurriría si dos de los chefs más exquisitos del mejor restaurante francés de Barcelona acabasen trabajando en un chiringuito de playa de la turística Costa Brava? Eso es justo lo que propone la comedia dramática Esperando a Dalí, en la que los maestros de los fogones son dos hermanos, Fernando (Ivan Massagué) y Alberto (Pol López). Corren los años 70, y por sus líos políticos han de poner tierra por medio, hasta llegar a Cadaqués. Allí conocen al caótico y carismático Jules (José García), propietario del Surreal, local al pie del mar, en el que les da trabajo como friegaplatos, y les hará compartir su pasión por Salvador Dalí, residente en la zona.
Fauna variopinta. Secundan a estos tres personajes, Lola, la hija de Jules (Clara Ponsot, Los infieles), que tanto atraerá a Fernando; François, su novio (Nicolás Cazalé, Un verano en la Provenza), y el teniente Garrido, un guardia civil peculiar (Paco Tous). Los hermanos se dejarán llevar por el entusiasmo vital de Jules, que les empujará a vivir aventuras surrealistas. Gastronomía y pintura. La cinta toca dos de los temas preferidos de su director, David Pujol, responsable también del
guion, y especialista en la figura del genial pintor de Figueras, a quien dedicó, entre otros, el documental Salvador Dalí: En busca de la inmortalidad.
El otro es la buena mesa, como lo demuestra en elBulli, historia de un sueño. Filman en distintas localidades de la Costa Brava y Barcelona. Producen Fishcorb Films, Arlong Productions y Esperando a Dalí AIE.