THOMASIN McKENZIE, SUSPIROS DE NUEVA ZELANDA
¿Que cómo se tiene una carrera en Hollywood viviendo en Nueva Zelanda? Pues enviando muchas, muchas cintas a castings, bromea Thomasin McKenzie (Wellington, Nueva Zelanda, 2000). La actriz, que despuntó en No dejes rastro (D. Granik, 2018) y llamó la atención del gran público gracias a Jojo Rabbit (T. Waititi, 2019), lleva un 2021 de impresión, encadenando el estreno de
Última noche en el Soho con los nuevos trabajos de M. Night Shyamalan
(Tiempo) y Jane Campion (ver pág. 60), atiende a FOTOGRAMAS en plena cuarentena porque acabo de volver a casa desde Londres y es la práctica habitual aquí, nos tranquiliza. Hija de la actriz Miranda Harcourt y el director Stuart McKenzie, el rol de Eloise llegó
con una lista de 50 películas que Edgar me dijo que tenía que ver. Diría que vi el 90 por ciento: Repulsión, Amenaza en la sombra, La semilla del diablo… Pero con algunas sencillamente no pude. Como Suspiria (D. Argento, 1977). Me daba demasiado miedo. Un Top 50 que le ayudó a preparar un personaje que tiene una especie de sexto sentido y esconde un secreto del que no puedo decir nada, apunta misteriosa. Lo que sí nos cuenta es que el guion de esta historia de fantasmas y espíritus que habitan junto a nosotros la atrapó desde el primer momento y supuso todo un reto interpretativo: Es un thriller psicológico distinto, atrevido, psicodélico e intenso. Hasta ahora, yo había trabajado en films más naturalistas. Me siento más segura en dramas intimistas y tranquilos. Aquí me he tenido que desatar como nunca había hecho antes.