EL ÚLTIMO DUELO
Hollywood Records. 43’.
A pesar de su larga duración hay poca música en el film: varias escenas de batallas, por ejemplo, se resuelven sin música, y se despeja así el terreno para el desarrollo de las que son verdaderamente importantes. Harry Gregson-Williams trabaja con tres temas para cada uno de los protagonistas: a Jean de Carrouges le asigna un tema impulsivo que subraya su carácter vehemente; a Jacques Le Gris, uno que integra la onomatopeya del aullido de lobo y enfatiza su carácter siniestro, oscuro y perverso, y, por fin, Marguerite de Carrouges tiene el tema principal, presentado con ella en el mismo inicio del film y que le da un aura de pureza casi virginal, inocente. Se expande más allá de ella y funciona como referencia en el espacio de los otros personajes. Es un tema frágil en algunos momentos, abierto y determinado en otros, y también sufriente y desolado. No será hasta el final cuando aparezca de modo completo. Todo ello, resuelto sin exceso alguno y ejecutado de un modo delicadamente minimalista por parte del director.