Fotogramas

¿Y MANOLO ESCOBAR?

De Raphael a Lady Gaga: cantantes con proyección cinematogr­áfica. A través de ellos se reivindica el peso popular y ‘peliculero’ de un artista de larga trayectori­a profesiona­l y con un estilo propio que llegó a millones.

- Por Rosa Belmonte*.

Manolo Escobar siempre decía que había hecho cine porque era una figura de la canción. Igual que Raphael. Igual que Palomo Linares por ser figura del toreo. Lady Gaga ya ha pasado a actriz-actriz, sin cantar. Como Ana Belén, que empezó cantando y actuando en Zampo y yo. El caso de Marisol es el de la niña prodigio multiusos. Hasta que solo fue actriz y seria.

Raphaelism­o, el documental de Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, es fruto de la juventud deslumbrad­a por un ‘artista total’. Gracias a su curiosidad nos cuentan lo que ya sabemos. Pero eso qué importa, si sale ese otro artista total que es Manuel Alejandro en su primera aparición tras la muerte de su mujer. Además, a muchos les parecerá una historia nueva. Tiene gracia cuando Raphael cuenta que cuando le dijeron en una actuación que estaba todo sold out él entendió ‘desolao’. Y ahí está el triunfo en los 60, el bache al morir Franco por estar ‘pasado de moda’, la enfermedad y la resurrecci­ón del artista. No tanto tras el trasplante como antes por haberle dado a los modernos esa locura con Raphael. Con toda la razón del mundo. ¿Pero qué pasa con el extraordin­ario Manolo Escobar? Vale que es más español y menos cosmopolit­a. A los modernos no les dio por Manolo Escobar. Y más allá de Y viva España,

que era de un belga, no se le tiene demasiado en cuenta salvo en el programa Cine de barrio.

Hizo 19 películas. Empezó con Los guerriller­os

(1962). La primera vez que se escuchó El porompompe­ro fue en el cine. Su eterna pareja fue Conchita Velasco

(Pero… ¿en qué país vivimos?, Relaciones casi públicas, Juicio de faldas, En un lugar de La Manga y Me debes un muerto). Manolo Escobar, como Raphael, tiene películas entre las 100 más taquillera­s del cine español. Dos al menos Raphael ( Cuando tú no estás y Digan lo que digan,

las dos de Mario Camus y donde Raphael interpreta a un cantante llamado Raphael). Las de Manolo son, entre otras, y además de las mencionada­s Mi canción es para ti o

Un beso en el puerto. Prefiero Entre dos amores, que siempre me recordó a la tragedia de Bonnie en Lo que el viento se llevó (el protagonis­ta pierde a su única hija al caer del caballo). Y Juicio de faldas, un delirio donde Manolo, un camionero, es acusado por una chica de violación y de haberla dejado embarazada. Su abogada es Concha Velasco. Él al principio no se fía de su defensora porque es una mujer. Por supuesto, será tan buena como Reese Witherspoo­n en Una rubia muy legal. Pero lo mejor es que Manolo declara cantando. Como si pusiera en práctica ‘El tra la la y el punteado’, la tonadilla de Granados que tanto cantaba Victoria de los Ángeles (Es en balde, majo mío, que sigas hablando, porque hay cosas que contesto yo siempre cantando).

La gente iba a ver cine español. A ver a Marisol, a Manolo Escobar o a Raphael. En 1984, la Ley Miró, con buenas intencione­s, acabó con eso y empezó el desapego del público con el cine español. Mario Camus hizo Los santos inocentes. Pero también se hizo mucho cine que interesaba a cuatro gatos. Mariano Ozores cuenta en Respetable público que en una reunión donde Luis Méndez estaba presente, Pilar Miró dijo que Ozores nunca recibiría subvencion­es por hacer cine para fontaneros. Méndez replicó que sí que había fontaneros en España. No sé qué cine español gustará ahora a los fontaneros. ◆

*Rosa Belmonte es abogada, columnista y colaborado­ra en varios medios de comunicaci­ón.

“A LOS MODERNOS NO LES DIO POR MANOLO ESCOBAR. NO SE LE TIENE DEMASIADO EN CUENTA SALVO EN EL PROGRAMA CINE DE BARRIO”.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain