UN CHEF DE ALTURA
La película ha contado con un asesor culinario de primer nivel y coleccionista de recetarios antiguos (descubrió que en 1789 se empezó a usar el azúcar en polvo en los postres en vez de miel), el prestigioso chef Thierry Charrier. Durante años encargado de los menús del Ministerio de Asuntos Exteriores francés en banquetes de gala por visitas diplomáticas, Charrier asegura que la mejor y más práctica diplomacia es la que tiene que ver con la comida.