Fotogramas

LOS GOZOS Y LAS SOMBRAS DEL ÉXITO

- Por Juan Pando.

“DIGAN LO QUE DIGAN TENÍA GUION DE ANTONIO GALA. NOS LO LEYÓ ÉL MISMO, Y SOLO CON ESCUCHARLE SE SENTÍA UNO PAGADO”.

Movistar+ estrena ‘Raphaelism­o’, la serie documental que, cuando se celebran sus 60 años de carrera sobre los escenarios, traza en cuatro capítulos el retrato más preciso de Raphael, el ídolo mundial de la canción, del que reproducim­os nuestra portada original de FOTOGRAMAS de 1971, y de Rafael Martos, el ser humano que hay tras él.

El primer día de rodaje de mi primera película, con el hábito adquirido en mis conciertos, llegué antes que nadie a los estudios Roma. Fui directo a mirar la tablilla con el plan de filmación. Cuál no fue mi sorpresa al descubrir que, a pesar de que era el protagonis­ta absoluto del film, había allí consignada una tal Dolly, con más sesiones que yo. Pasaba el tiempo, empezó a aparecer el resto del equipo y mi enfado iba en aumento. Hasta que me decidí a preguntar por la identidad de la misteriosa actriz, y me tuvieron que aclarar que Dolly es como llaman a la grúa en la industria.

Raphael, aún hoy, no puede contener la risa cuando lo cuenta. ¡Aquello fue genial!, recuerda entre carcajadas. Esa película, Cuando tú no estás, dirigida por Mario Camus, artífice de clásicos como Los santos inocentes y La colmena, fue un éxito de taquilla. Con 2.863.471 entradas vendidas se mantiene, aún hoy, 55 años después, en el puesto 32 de los títulos con mayor número de espectador­es de la historia del cine español, según el ranking del Ministerio de Cultura, que toma de referencia la fecha de su licencia de exhibición.

El fenómeno Raphael acababa de adquirir toda su magnitud ese mismo 1966, tras su paso por Eurovisión con la canción Yo soy aquel. Lo rememora para FOTOGRAMAS con motivo del estreno de Raphaelism­o, la serie documental de Movistar+, producida en colaboraci­ón con Dadá Films & Entertainm­ent y GTS Entertainm­ent/A Universal Music, que han dirigido Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, nominados al Goya por Anatomía de un dandy (2020). No gané el festival, pero sí gané, apostilla él con ironía. La repercusió­n que le dio el certamen le abrió la puerta del cine a la vez que las de las salas de conciertos más importante­s del mundo, desde el Olympia de París y el Talk Of The Town de Londres, al Madison Square Garden de Nueva York y El Patio de Ciudad de México. Sus películas se convirtier­on en su mejor tarjeta de presentaci­ón artística y populariza­ron sus canciones en países que no había visitado aún. Caso paradigmát­ico fue Digan lo que digan (Mario Camus, 1968). Para sorpresa general, se dobló al ruso, convirtién­dolo en un ídolo en la Unión Soviética, por entonces una zona del mundo hermética para Occidente, y propició varias giras de multitudin­arios conciertos allí, cuando ni siquiera existían relaciones diplomátic­as con la España de Franco. Supuso abrirle los ojos a un país que hasta entonces no sabía que yo podía gustarle, aclara. La película tenía guion de Antonio Gala, que nos leyó él mismo. Coincidir con él fue extraordin­ario, porque es un genio. Solo con escucharle uno se siente ya pagado.

ESCAPADA CON AVA GARDNER

Su presencia en la gran pantalla resultaba tan rentable que empalmaba rodajes y protagoniz­ó siete films seguidos. Tuve una presencia continua en la Gran Vía madrileña entre 1966 y 1974, confirma. Cuando no estrenaba una película, que se mantenía meses en cartel, tenía mis actuacione­s personales en los conciertos que ofrecía en el Palacio de la Música. Mario Camus dirigió sus tres primeros largometra­jes: el mencionado Cuando tú no estás, Al ponerse el sol y Digan lo que digan, rodada esta en Argentina, país coproducto­r. En la primera formó pareja con María José Alfonso y Margaret Peters, actriz de carrera

breve; y en las otras con Serena Vergano, intérprete italiana afincada en España que era la sensación del momento porque la Escuela de Barcelona, el movimiento cinematogr­áfico independie­nte surgido en la capital catalana, la había convertido en una de sus musas. Fue una suerte repetir con ella, asegura. El año pasado recibió el homenaje de la Academia de Cine Catalán, y este hemos vuelto a coincidir después de siglos sin vernos. Fue muy emocionant­e. La echaba de menos.

En cuanto a Mario Camus, fallecido el pasado 18 de septiembre, añade: Era maravillos­o, una persona entendidís­ima, con muy buen gusto, pero se conoce que me veía como un chico muy romántico, siempre triste, melancólic­o, cuando yo soy todo lo contrario. A mitad de rodaje de Cuando tú no estás tuvimos unas palabras subidas de tono. Poco después, cuando me presentaro­n a Benito Perojo [figura esencial en la historia del cine español], que era el coproducto­r, me dijo: Estás espléndido, es un placer trabajar contigo. Yo le respondí: Salgo un poco triste, ¿no? Y él habló también con Mario.

Su cine adquirió un empaque más internacio­nal en sus siguientes trabajos, con Vicente Escrivá, productor y guionista de Balarrasa (José Antonio Nieves Conde, 1951), el título que lanzó al estrellato a Fernando Fernán Gómez. Lo dirigió en El golfo, coproducci­ón con México, filmada en Acapulco, en pareja con Shirley Jones; El ángel, en la que tuvo como compañero a José Sacristán (Me une con él una gran amistad, que he seguido cultivando con

los años), y Sin un adiós, junto a una quinceañer­a y casi debutante Lesley-Anne Down. El golfo fue la que tuvo más repercusió­n y la que se mantiene como favorita de sus películas, como Shirley Jones lo es de sus parejas en pantalla.

De mis directores mi preferido fue Vicente Escrivá, pero no solo como realizador sino también por lo valiente que fue conmigo como productor, por el dinero que le echó a todo. Se asoció con la Columbia, me llevó a rodar a México y con Shirley Jones. No me lo acababa de creer.

Yo, un niño de barrio, viéndomela­s mano a mano con una estrella de Hollywood, que era una gran profesiona­l, había ganado un Oscar [como Actriz de Reparto, por El fuego y la palabra, de Richard Brooks, 1960, con Burt Lancaster y Jean Simmons] y participad­o en el musical Oklahoma (Fred Zinnemann, 1955), porque era también cantante.

Mientras rodaban en las playas de Acapulco, apareció por allí Ava Gardner, a quien atraía todo lo español. Pasaba una temporada de descanso en una casa que le había cedido Frank Sinatra. El encuentro dio lugar a un incidente que Raphael no olvidará nunca. Era muy jovencillo y se me ocurrió la peregrina idea de ir con Ava y Shirley a ver a Sara Montiel, que actuaba en El patio, la sala en la que yo solía cantar en Ciudad de México, la capital.

La ida fue bien, pero el vuelo de vuelta fue tan horrible que pensé que ahí se acababa todo para nosotros.

Una cláusula de mi contrato me impedía abandonar Acapulco y me llevé una buena bronca, la primera y última, que me dio Escrivá.

“NO ME LO ACABABA DE CREER. YO, UN NIÑO DE BARRIO, RODANDO EN ACAPULCO CON SHIRLEY JONES, UNA ESTRELLA DE HOLLYWOOD QUE TENÍA UN OSCAR”.

El thriller Volveré a nacer, que protagoniz­ó con las estrellas mexicanas Isela Vega y Verónica Castro, dirigido por Javier Aguirre (Los que tocan el piano), cerró, en 1973, la primera época de su paso por la pantalla, siempre interpreta­ndo a cantantes, principian­tes o consagrado­s.

PAPEL SOÑADO QUE NO LLEGA

Raphael, nacido Rafael Martos (Linares, Jaén, 1943), ha sido un gran aficionado al séptimo arte desde niño. Mi madre me metía en el cine porque sabía que de allí no me movía, y se quedaba tranquila. Como entonces las salas eran de sesión continua, yo veía las películas una y otra vez hasta que, ya de noche, iban a por mí. Si salían en ellas Bette Davis o Joan Crawford lo pasaba mejor aún. Aunque me gusta todo tipo de cine. El otro día estuve viendo El buen patrón (Fernando León de Aranoa, 2021), que me encantó. Javier Bardem es muy bueno. Estoy temblando con lo que pueden haber hecho con West Side Story en la nueva versión que estrenan ahora.

De esta pasión nace el sentimient­o de que no le han ofrecido aún ese gran papel con el que sueña. Nunca se ha considerad­o solo un cantante sino un artista que, cuando canta, interpreta una obra de teatro en unos minutos. Creo que no se supo ver que yo podía tener otro camino en el cine sin cantar. Lo que puedo dar con mi voz ya se sabe, y para escucharme están los cientos de conciertos que doy cada temporada, mis discos y shows de televisión.

Si le dan a elegir la mejor secuencia que ha rodado, no lo duda y se queda con el reencuentr­o en Digan lo que digan

de su personaje con su hermano en la ficción, que interpretó el actor argentino de origen español Ignacio Quirós, al pie de un piano, en un bar del puerto de Buenos Aires. Es la escena que hice con más sentido, con más carne, en la que los dos estábamos superemoci­onados.

Intentó dar un giro a su carrera de actor, pero fue en vano. Recuerdo que estaba cantando en Barcelona,

y una tarde que no tenía nada que hacer me metí a ver Furtivos (José Luis Borau, 1975), protagoniz­ada por el cantante Ovidi Montllor, y me decía: ¿Por qué no me han llamado a mí para hacer este papel magnífico? Hablé con Vicente Escrivá para pedirle que me escribiera algo así. Me contestó: Tú eres mejor que eso, das alegría al mundo, sonríes e iluminas la pantalla.

Su alejamient­o del celuloide que se prolongó durante más de 40 años, hasta que rodó, en 2015, la comedia coral Mi gran noche, su última película hasta ahora, no lo achaca él, sin embargo, a su posible desilusión, sino al cambio en el modo en el que se gestan las películas. Antes, explica, te contrataba­n para varios títulos y podías planificar tus fechas. Ahora te hacen las ofertas, que nunca me han faltado, mientras escriben el guion y sin completar la financiaci­ón. Cuando cierran el proyecto me pillan ya de gira. He tenido la suerte de volver al cine con Mi gran noche gracias al empeño de Álex de la Iglesia, porque no pudo rodarse hasta que me quedé libre, y eso fue dos años depués de que él lo tuviera todo listo. Si en este momento aceptase una oferta como actor sería para rodar a mitad de 2023 o principios de 2024. Hasta entonces no dispone de días libres en su agenda.

¿No hay lugar pues para el cine en el horizonte de Raphael? Nada más lejos de la realidad, porque reconoce

“FUI A VER FURTIVOS, PROTAGONIZ­ADA POR EL CANTANTE OVIDI MONTLLOR, Y ME PREGUNTABA: ¿POR QUÉ NO ME HAN OFRECIDO A MÍ ESE PAPEL MAGNÍFICO?”.

que le gustaría repetir con Álex de la Iglesia, y que confía aún en que algún director joven, de la nueva hornada, se dé cuenta de que puedo hacer otra clase de cine diferente del que he hecho hasta ahora. ¡Sin cantar! Un deseo que casi no se atreve a expresar es que ese cineasta podría muy bien ser su hijo mayor, Jacobo, que es realizador. Sería para mí como ganar la lotería.

Jacobo fue decisivo para que él aceptase participar en Raphaelism­o. Di el sí al proyecto, confirma, porque Jacobo me habló muy bien de Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, sus directores. Este documental refleja en imágenes todo lo que se ha escrito sobre mí. Por ejemplo, grabacione­s domésticas inéditas de cuando la familia vivió en Miami. ¿Es mi retrato definitivo?, se pregunta.

Yo sigo en activo. Me queda mucho por decir todavía. Dejémoslo en que es todo lo que hay que contar hasta ahora. Risas. ◆

‘RAPHAELISM­O’ SE ESTRENA EL 13 DE ENERO EN MOVISTAR+

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Alberto Ortega (izda.), Raphael y Charlie Arnaiz.
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En el Teatro de la Zarzuela de Madrid, donde ofreció, el 3 de noviembre de 1965 y con un éxito arrollador, el primer concierto unipersona­l de un intérprete de la canción en un teatro en España.
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1. Con Margaret Peters, la misteriosa Laura de ‘Cuando tú no estás’ (Mario Camus, 1966).
2. Ana María Noé lo secundaba en ‘Al ponerse el sol’ (M. Camus, 1967).
3. Serena Vergano fue su ‘novia’ en el film anterior y en ‘Digan lo que digan’ (M. Camus, 1968). 4. En
‘El golfo’ (Vicente Escrivá, 1969) era un ‘gigolo’ que enamoraba a Shirley Jones. 5. Los estrenos de Raphael, como el de ‘El ángel’ (V. Escrivá, 1969), eran acontecimi­entos, como muestra esta foto de Juana Biarnés.
6. Cantó ‘Balada triste de trompeta’ en ‘Sin un adiós’ (V. Escrivá, 1970).
7. En el thriller ‘Volveré a nacer’ ( Javier Aguirre, 1973). 8. Demostró su sentido del humor y su eficaz vis cómica en ‘Mi gran noche’ (Álex de la Iglesia, 2015).
6 5 7 1. Con Margaret Peters, la misteriosa Laura de ‘Cuando tú no estás’ (Mario Camus, 1966). 2. Ana María Noé lo secundaba en ‘Al ponerse el sol’ (M. Camus, 1967). 3. Serena Vergano fue su ‘novia’ en el film anterior y en ‘Digan lo que digan’ (M. Camus, 1968). 4. En ‘El golfo’ (Vicente Escrivá, 1969) era un ‘gigolo’ que enamoraba a Shirley Jones. 5. Los estrenos de Raphael, como el de ‘El ángel’ (V. Escrivá, 1969), eran acontecimi­entos, como muestra esta foto de Juana Biarnés. 6. Cantó ‘Balada triste de trompeta’ en ‘Sin un adiós’ (V. Escrivá, 1970). 7. En el thriller ‘Volveré a nacer’ ( Javier Aguirre, 1973). 8. Demostró su sentido del humor y su eficaz vis cómica en ‘Mi gran noche’ (Álex de la Iglesia, 2015).
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