Branagh Kenneth VOLVER A SER UN NIÑO
El cineasta regresa, en ‘Belfast’, a su ciudad natal para filmar una historia intimista en blanco y negro inspirada en sus recuerdos de una época marcada por el terrorismo del IRA. Su película más personal coincide en la cartelera con ‘Muerte en el Nilo’, en la que vuelve a dirigirse a sí mismo como Hércules Poirot.
Mucha gente se ha sorprendido de que yo sea un norirlandés de Belfast. Supongo que creían que había nacido en Oxford rodeado de obras de Shakespeare, dice con ironía, e impecable acento inglés, el cineasta Kenneth Branagh (1960) nada más comenzar la entrevista vía Zoom con FOTOGRAMAS. El descubrimiento de sus orígenes viene de la mano de su nueva película como guionista y director, Belfast, en la que narra, de forma semiautobiográfica, cómo vivió de niño los conflictos que sacudieron la ciudad en el verano de 1969 (conocidos como The Troubles) y llevaron a su familia a tomar la decisión de emigrar a Reading (Inglaterra) para escapar de la violencia. Salir de Belfast cuando tenía nueve años es, sin duda, mi experiencia más traumática. De la noche a la mañana todo cambió y la vida nunca volvió a ser la misma para mí. Algo que también han sufrido infinidad de personas, de manera muy profunda y con consecuencias que todavía perduran. Disfrutábamos en la calle de
una gran comunidad formada por familiares, amigos y vecinos y nos sacaron de allí para criarnos en un ambiente sin hostilidades pero desconocido. El comienzo del encierro por la covid-19 me hizo mirar hacia dentro y se desbloquearon muchas cosas…, cuenta.
UN VIAJE CATÁRTICO…
Tal vez esto explique que Branagh esperara a cumplir los 60 y rodar 17 títulos para hacer su film más personal. Aunque ni siquiera empezó a escribir Belfast como un proyecto profesional sino como una necesidad vital. Solo quería contar la historia, no creía que fuera necesario convertirla en una película. Las primeras que la leyeron fueron mis dos hermanas, supongo que inconscientemente necesitaba su aprobación, se emocionaron mucho y me animaron a seguir adelante, explica. Pero también alude a otras razones de peso para embarcarse en un proyecto que parece llamado a convertirse en uno de los grandes animadores de esta temporada de premios… con los Oscar como meta final. Cuando te aproximas a cierta edad valoras especialmente el tiempo que te queda por delante, quizá es mucho, pero no lo sabes, y sientes cierta presión. Por eso estoy tan agradecido de haber podido rodar esta película. Y otro de los principales motivos para hacerla en este momento de mi carrera es porque he sido plenamente consciente de que en mi familia nunca hemos hablado de esa parte de nuestra historia. Los irlandenses somos demasiados indulgentes con nuestro sufrimiento. Pensamos que todo el mundo tiene problemas y que hay que superarlos, y nosotros lo conseguimos, pero quería regresar al pasado, entender el enorme sacrificio que hicieron mis padres y agradecérselo. Y estrechar la mano de esa versión de mí mismo con nueve años que no estaba preparado para algo así.
“SALIR DE BELFAST CUANDO TENÍA NUEVE AÑOS ES SIN DUDA MI EXPERIENCIA MÁS TRAUMÁTICA. DE LA NOCHE A LA MAÑANA TODO CAMBIÓ Y LA VIDA NUNCA VOLVIÓ A SER LA MISMA”.
… Y CON ACENTO IRLANDÉS
El reparto, como no podía ser de otra manera, es 100 por cien irlandés. A excepción de Judi Dench (York, 1934), aunque
no renuncia al humor. Es una cualidad muy irlandesa aprovechar cualquier excusa para organizar una comida o un baile que permita divertirse y escapar de la oscuridad. El humor es un gran mecanismo de autodefensa, afirma. Tampoco se trata de un film político que ahonda en un enfrentamiento que se inició hace un siglo y todavía tiene numerosas heridas abiertas. En cada película o cada libro que aborda este tema existe la presión de tener que explicar su complejidad, pero yo solo soy un cineasta que trata de reflejar cómo la gente común lidia con una situación extraordinaria que ni siquiera acaba de comprender, razona Branagh. También quería expresar mi amor por una cultura y su gente, aunque creo que el tribalismo, un elemento polarizador que está presente en muchos lugares del mundo, no ayuda y fue una de las cosas que hizo que mi familia y muchas otras decidieran irse. Por supuesto que puede haber legítimas, históricas y profundas razones para explicar este conflicto tan antiguo, pero sigue siendo urgente y necesario resolverlo.
HA NACIDO UNA ESTRELLA
Para Branagh, esta revisión de su infancia con banda sonora de temas clásicos y una nueva grabación de un tema de
Van Morrison –Su música te transporta a las calles de la ciudad y a la melancolía que desprenden, apunta Branagh sobre el llamado León de Belfast– exigía rodar en blanco y negro. Con el director de fotografía, Haris Zambarloukos, buscábamos un blanco y negro aterciopelado y glamuroso y nos inspiramos en las imágenes de Cartier-Bresson, que retrata de forma poética a la gente común. Además, también influye que en Belfast llueve mucho, es una ciudad muy gris, afirma. Una estética que solo se rompe y se inunda de vibrantes colores con las películas que la familia ve en el cine. Es que Belfast también es mi historia de amor con el cine. Recuerdo Chitty Chitty Bang Bang (Ken Hughes, 1968) como algo mágico y me fascinaban los westerns de John Ford. Luego, cuando nos trasladamos a Inglaterra y solo quería desaparecer porque me sentía solo y me señalaban por mi acento, las clases de interpretación del colegio se convirtieron en mi tabla de salvación. Descubrir que podía transformarme en otras personas fue impactante. Era mi refugio, pero también algo divertido, excitante…, relata. Aunque fue con 15 años, al ver a Derek Jacobi en el papel de Hamlet, cuando decidió que quería ser actor. A los 18
Retrato de familia: Will (Lewis McAskie), Mamá (Caitriona Balfe), la abuela (Judi Dench), Papá (Jamie Dornan) y Buddy (Jude Hill). Dornan y Balfe, química irlandesa en la pantalla… y la pista. Hill y Dornan, hijo y padre en la ficción. Ciarán Hinds, también nacido en Belfast, es el abuelo. En la imagen con Dench y Hill. ingresó en la Real Academia de Arte Dramático de Londres y, poco después, sus interpretaciones sobre los escenarios con la Royal Shakespeare Company y con la suya propia, Renaissance, le granjearon el calificativo de El nuevo Oliver.
Pero fue su debut a los 28 años detrás de la cámara adaptando Enrique V (1989), junto a la que luego sería su mujer, Emma Thompson, con la que consiguió dos nominaciones a los Oscar (Mejor Director y Actor Protagonista) y que su nombre empezara a sonar en Hollywood. Desde entonces, y durante 30 años, ha tenido una prolífica y ecléctica carrera como director e intérprete no exenta de altibajos. Tras dirigir varias películas que no funcionaron surgió la oportunidad de Thor, para la que tuve que hacer una audición, algo que me pareció bastante estimulante, y pensé, ¿por qué no?, recuerda. Todos nos estrellamos contra algo: la muerte, una ruptura sentimental, un mal momento profesional… Entonces piensas, todavía estoy aquí. Y este mes por partida doble, porque también lo veremos interpretar por segunda vez al detective Hércules Poirot –y dirigirse a sí mismo– tras Asesinato en el Orient Express (2017), en Muerte en el Nilo,
ambas basadas en novelas de Agatha Christie.
Belfast
DRAMA.