GUERRA CIVIL Z
Igual que el último Bond, ‘Malnazidos’ se ha tomado su tiempo (de pandemia) para por fin llenar los cines con un explosivo cóctel de zombis, combate, acción y humor. FOTOGRAMAS se reúne con los líderes de este grupo salvaje: los directores Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro.
Creo honestamente que esta es una película que no se ha hecho, aquí, nunca. Nada me interesa menos que una película que ya he visto. Prefiero mil veces un film que intenta hacer algo diferente aunque al final resulte fallido. Javier Ruiz Caldera, cuya firma asociamos a títulos tan diferentes en términos de géneros, pero unidos por el toque de la comedia (Promoción fantasma, 3 bodas de más, Superlópez…), va a pasarse toda la entrevista (en el día de su cumpleaños) demostrando el especial cariño que siente por Malnazidos. Y eso que no la dirige en solitario, sino junto a un viejo colaborador y, sobre todo, amigo, el montador Alberto de Toro, quien comparte con él lo de la singularidad del largometraje que por fin estrenan: No estamos acostumbrados en el cine español a ver películas así. Con sus limitaciones de presupuesto, y con nuestras propias limitaciones como autores también, claro. Sin embargo, Malnazidos luce mucho visualmente y posee ese espíritu de serie B, en el buen sentido de la serie B con la que crecimos y que nos flipa. Es la peli que Javi y yo disfrutábamos de adolescentes y que por fin hemos hecho.
UNA DE ZOMBIS
De zombis y también de guerra, nuestra Guerra Civil, con elementos de aquella ciencia ficción más alocada de mad doctors (aquí, nazis para que todo sea mucho más de bolsilibro), aventuras e incluso romance. Un cóctel explosivo que sí, convierte a
Malnazidos en ese tipo de cine que muchos jaleábamos en un programa doble en las salas de nuestros barrios. Pero comencemos con los zombis. Ambos directores se confiesan amantes del género de terror y del apartado donde los muertos vivientes son los protagonistas: Sobre todo, los zombis lentos, apostilla Ruiz Caldera, que son el tipo de muerto viviente que queríamos. Lentos y españoles, valga la redundancia.
Sí, somos fans del universo zombi, reconoce con orgullo De Toro. De ahí que, cuando llegó a nuestras manos la novela de Manuel Martín Ferreras Noche de difuntos del 38 (editada por Dolmen), tuvimos claro que ese era el proyecto que por fin nos uniría como directores tras muchos años intentándolo. No hay un exceso de gore, teníamos claro qué tipo de producto esperaba Telecinco, que siempre fue un gran apoyo y sin cuya ayuda jamás existiría Malnazidos,
pero hay sangre, mutilaciones, mordiscos y muchos momentos de terror. Además de dos citas directas al maestro George A. Romero: el laboratorio que los protagonistas descubren en la iglesia es el de El día de los muertos (1985) y se dice la célebre frase de Zombi (1978) sobre las puertas del infierno.
UNA DE GUERRA
De guerra civil, nuestra Guerra Civil, que sigue protagonizando esa leyenda urbana, de quienes odian el cine español, según la cual solo se
hacían películas sobre la Guerra Civil durante los años de la Transición. Una guerra que en Malnazidos une, como a los nordistas y sudistas de Mayor Dundee (Sam Peckinpah, 1965), a nacionales y republicanos contra un inesperado enemigo común (o dos, contando a los nazis): los zombis. Javier Ruiz Caldera suma ambos conceptos, ya en la novela original, e incluso a Peckinpah al hablar del tema: Siendo como es un film abiertamente de género o de géneros que interactúan, Alberto, los guionistas y yo teníamos claro que habiendo zombis debíamos acercarnos a la realidad, a la parte incluso histórica de la Guerra Civil, de una manera muy auténtica. Que se notaran el frío, el hambre, lo absurdo de combatir hermanos contra hermanos. Por eso hay algo del inicio de La vaquilla (1985), de Berlanga, cuando los dos bandos intercambian tabaco, papel de fumar y otras cosas. Y que como en las cintas de Peckinpah los uniformes estuvieran sucios, gastados, manchados. El director de Spanish Movie deja caer también algo muy importante: No sé si el público valorará o no, o no sé cómo reaccionará, cuando se halle frente a un protagonista, el personaje de Miki Esparbé, el héroe o antihéroe de este heterogéneo grupo salvaje, que pertenece al bando nacional, el de los insurrectos. Vale, es un tipo escéptico y no el soldado nacional al uso en otros films, pero pertenece a ese bando.
UNA DE TEBEO (DE GUERRA)
Alberto de Toro apura su cerveza mientras su colega y amigo va a por la segunda (era su cumpleaños, recordémoslo) y cierra el tema Guerra Civil llevándolo a otro del que es (como Javi) un enfermo: los tebeos. Para esa parte específicamente bélica nos servimos a modo de inspiración y guía del que considero que es el mejor cómic sobre la Guerra Civil que se ha publicado: el Eloy, de Antonio Hernández Palacios. Su estética es muy barroca y aun así fue el referente que nos sirvió para tener claro ese universo y esos personajes. Si a eso le sumas los diseños de Luis Bustos (que encima es amigo nuestro) y que acabaría dibujando parte del storyboard, termina surgiendo la mezcla perfecta de realismo con el look pulp que todo film de género, y más Malnazidos, debe poseer. Queríamos rodar una Guerra Civil de película.
UNA DE COMEDIA
Publicitar Malnazidos como una comedia de zombis no sería verdad y podría defraudar a quienes vayan a ver la película esperando solamente eso, avisa Ruiz Caldera, para seguidamente reconocer que lo que sí que hay es humor, sentido del humor. Y estoy yo, evidentemente, que se me conoce por mis películas que, como te comentaba al principio de la entrevista, utilizan los recursos de la comedia para hablar de muchas cosas distintas. La película tiene elementos muy divertidos, pero surgen de modo natural. No es una comedia forzada, la novela no tiene nada de humor, pero es verdad que Telecinco no quería que Malnazidos fuera un film de terror simplemente, que resultara demasiado duro, y nos preguntó si podíamos aligerarlo sin corromper nunca la idea original. De ahí esa aparición de la ligereza, del alivio que te proporciona un comentario gracioso o una situación tragicómica. No sé si lo sabes, pero llamamos a Diego San José, no solo
“EN EL CINE ESPAÑOL NO ESTAMOS ACOSTUMBRADOS A VER PELÍCULAS ASÍ. ES LA PELI QUE JAVI Y YO DISFRUTÁBAMOS DE ADOLESCENTES”. Alberto de Toro, codirector.
amigo sino uno de los mejores guionistas (Superlópez, por ejemplo y para que todo quede en casa) de comedia del país, para que escribiera varias de esas escenas. Lo que nos dijo es que de cada diez chistes que nos daba no utilizáramos más de uno o dos. Sabio consejo, como que no hubiera humor cuando aparecen los zombis. Salen los muertos vivientes y se acabó la broma. Alberto de Toro incide en lo que su compañero acaba de explicarnos: La premisa era que la comedia naciera de los personajes, nunca de los zombis, y que nunca hubiera gags visuales en la película. El humor, el sentido del humor surge de las interacciones entre los personajes. Ya sabemos que en las circunstancias más extremas, sobre todo durante una guerra, el humor brota casi inconscientemente como un mecanismo de defensa, como una válvula de escape.
UNA DE PERSONAJES
En el fondo, las mejores películas, las que te hacen pasarlo bien y las que perduran en la memoria son aquellas en las que recuerdas a sus personajes incluso por encima de los actores que las interpretaron. En el caso de Malnazidos esta premisa se cumple a la perfección (ahí están los títulos de crédito finales), tanto que seguramente para la promoción del film se repartirán láminas y afiches dedicados a cada uno de los personajes. Faltaría, eso sí, un cartel como el de las películas corales setenteras con una frase definitoria de cada personaje, pero eso lo tienen ustedes, lectores, en estas mismas páginas. Más que de personajes, puntualiza De Toro, esta es una película de caras. Soy de caras. Las caras te definen al personaje por muy secundario que sea y ya no lo olvidas. Malnazidos es un catálogo de caras, con unos maravillosos actores detrás de ellas, pero el aspecto es el que te atrapa y te introduce en la historia y en el film. Una cosa que tuvimos muy clara, añade Javier Ruiz Caldera, es que cada personaje dentro de la película iba a tener su momento, su escena.
Por eso los actores no se enfadaban si los teníamos a veces de bulto en el fondo de una cabaña o detrás de una hoguera: sabían que tarde o temprano les iba a llegar ese gran instante, esa gran secuencia solamente para ellos, de sus personajes. Esto es algo que me gusta mucho y también a Alberto: que hasta el más pequeño personaje se
“LA CINTA TIENE ELEMENTOS MUY DIVERTIDOS, PERO SURGEN DE MANERA NATURAL. CUANDO SALEN LOS ZOMBIS, SE ACABÓ LA BROMA”. Javier Ruiz Caldera, codirector.
te quede en la cabeza. Que, si vive, te alegres y, si muere, te apenes. También me gusta encerrar a los personajes en un mismo sitio y que tengan que salir de allí, lo que en una cinta con zombis y de guerra es algo obligado, cuenta Ruiz Caldera. Incluso a veces, cuando estábamos a punto de rodar y teníamos a los intérpretes ya en plano, Javi y yo les intercambiábamos los diálogos, ríe Alberto de Toro.
UNA DE REPARTO ESTELAR
Grandes e inolvidables, o simplemente la grandeza, a veces fruto de la casualidad, de tener al intérprete perfecto detrás de esa cara, de ese personaje que nace o no de una novela, que va tomando vida y aspecto a través de sucesivos guiones, de bocetos y diseños. Esa alquimia está en Malnazidos, y sus dos directores (monta tanto...) son los primeros en dar las gracias por haber contado con un reparto tan adecuado como inolvidable. Se han unido a esta aventura que ha sido Malnazidos unas actrices y actores maravillosos, se le nota la cara de satisfacción a Javier Ruiz Caldera. Con algunos había trabajado ya y con otros tenía muchas ganas de hacerlo. Sobre Miki Esparbé (con quien acaba de rodar Un hombre de acción para Netflix) poco hay que decir: da muy bien ese aspecto de aventurero, de Errol Flynn, de Indiana Jones y de galán. María Botto es una fan del cine de zombis y estar aquí para ella fue una fiesta. Su personaje se merece una precuela. Aura Garrido es extraordinaria; con Luis Callejo nos divertimos mucho cuando surgió la idea de que desenfundara la pistola como John Wayne en un western; Álvaro Cervantes y Dafnis Balduz, que son unos cracks; Manel Llunell, que casi debutaba con nosotros aquí, es todo un descubrimiento, como
“SOMOS AMANTES DE LOS ZOMBIS, SOBRE TODO DE LOS LENTOS. QUE SON EL TIPO QUE QUERÍAMOS: LENTOS Y ESPAÑOLES, VALGA LA REDUNDANCIA”. Javier Ruiz Caldera, codirector.
confirmación es ese Jurel que interpreta Jesús Carroza, una apuesta personal nuestra... O Sergio Torrico, que encarna a Brodsky y que era un fijo sí o sí para el personaje. Aunque, si te confieso el caso de enamoramiento hacia un actor, ha sido con Francisco Reyes, que interpreta al comandante de las SS. Tan alto, tan rubio... Lo habíamos visto en El Reino y hablé con Rodrigo Sorogoyen, que es amigo, para preguntarle por él. Su respuesta fue: Querrás más. Y eso hicimos: darle más papel y escenas.
UNA DE REFERENTES
Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro no solo comparten amistad, años de colaboración profesional o esta codirección donde (habla Alberto) nunca nos dividimos tareas, todo fue muy natural, más allá de un rodaje difícil en exteriores por culpa del clima. Trabajamos codo con codo, aportando ideas y siendo una sola persona. No discutimos nunca, y menos en el set, y creo que no hay nada que explique mejor cómo fue todo que los actores nos dijeron que cuando tenían que consultar algo lo hacían con quien estuviera más cerca. También comparten referentes, y el principal es John Carpenter, de quien se escucha en la película un guitarrero tema de Vampiros de John Carpenter. Siempre tuvimos a Carpenter en la cabeza a la hora de la puesta en escena, confiesa Ruiz Caldera. Echamos de menos sus películas, sus personajes como Snake Plissken o Napoleon Wilson, pero Malnazidos no es un film que cite constante y deliberadamente a otros. A veces eso pasaba de manera no consciente, entra en la conversación Alberto. Un diálogo entre nuestros protagonistas recuerda al de Roy Scheider, Robert Shaw y Richard Dreyfuss sobre las cicatrices.
Normal: Tiburón (S. Spielberg, 1975) es al final el referente espiritual: comienza como una de terror, asusta de la hostia, se lanza luego a la aventura y hay humor.
UNA DE VIDEOJUEGOS
Lo importante es que la película se estrene por fin y en pantalla grande, que es el lugar en que soñamos estrenarla.
Llegamos al final de la entrevista (oficial: luego seguiremos hablando off the record de tebeos y proyectos que no se pueden mencionar) y Javi nos invita al cine. Inaugurar el Festival de Sitges en 2020 fue ya un regalo, añade Alberto de Toro. Gran pantalla, un público entregado...
El film tendrá también una trayectoria paralela en formato videojuego, con la esperanza repetir el éxito de la fórmula que Telecinco y Mediaset han empleado con el Way Down
de Jaume Balagueró. Nos enteramos muy al comienzo del proyecto, recuerda Ruiz Caldera. De hecho, todavía no estábamos rodando ni siquiera la película y la gente que estaba desarrollando el juego tenía como referente la novela original. Más tarde nos invitaron a ver cómo se iba desarrollando, los gráficos que manejaban y las ideas que tenían, y nosotros ya pudimos avanzarles el tono visual y argumental de lo que sería la película. Desde entonces no hemos estado en contacto, pero vamos a ser los primeros en ponernos a jugar con él. Los primeros en matar zombis y en volar trenes blindados. Lo que sería toda una pasada es que
Malnazidos acabara algún día siendo también un videojuego de realidad virtual. Me he enganchado a ellos, más si son de terror, y hacerme una sesión con algo de lo que he formado parte sí que sería un gran regalo de cumpleaños.
ESTRENO: 11 MARZO