Arde Notre Dame
(Francia, 2022, 110 min.).
Notre-Dame brûle Jean-Jacques Annaud. Samuel
Dir.: Int.: Labarthe, Jean-Paul Bordes, Mickaël Chirinian, Jules Saoughi.
DRAMA.
La operación es parecida a la perpetrada por Oliver Stone en World Trade Center (2006). Se trata de reclutar a un director prestigioso para que ilustre, con todo el énfasis posible, una tragedia reciente de su país; hacer de la catástrofe un gran espectáculo. Annaud no es mala elección: por sus venas corre la sangre de la superproducción y del IMAX y es mañoso. Su veteranía aporta un encanto desusado que entronca, aunque no lo sea exactamente, con la disaster movie predigital.
También en el apartado narrativo se impone la ortodoxia: los primeros 20 minutos recrean magníficamente el día corriente en Notre Dame, con sus ríos de turistas y agitación, hasta que irrumpe el aviso del incendio (¿una colilla?, ¿una chispa?, ¿una paloma?…). La llegada de los bomberos es caótica, se nota que son ‘macronianos’ y no ‘bushianos’. Aunque se les concede el heroísmo en el tramo final, aquí se destierran el panegírico y el sentimentalismo del film de Stone, tal vez gracias al coguionista Thomas Bidegain, el colega de Jacques Audiard, que nunca ha sido un lamebotas. Jordi Batlle Caminal Más información en pág. 87
ESTRENO: 22 ABRIL