ARDE NOTRE DAME
En el regreso de JeanJacques Annaud a la pantalla grande, tras
El último lobo (2015), el director ha contado para la música con Simon Franglen, mano derecha de James Horner hasta su muerte ese mismo año. Está claro que Annaud ha querido revivir a Horner, con quien trabajó en films como El nombre de la rosa (1986) o Enemigo a las puertas (2001), pues su aura musical está en cada nota de esta ambiciosa película que se plantea como una experiencia inmersiva en la que la música es uno de los elementos principales en ese objetivo. Es una banda sonora que amplifica el peligro constante, la presión psicológica, el aire irrespirable y la tensión de los bomberos. Todo ello de modo casi omnipresente e invasivo, pero a pesar de ello no genera saturación y mantiene bien el pulso, especialmente por el punto de fuga que abre el bellísimo tema principal: evocador, lírico y también heroico, que es muy expresivo, que se desarrolla hábilmente y permite insuflar de oxígeno. Y resucita a James Horner.