Mentes maravillosas
★★★★ ★
Presque (Francia, Suiza, 2021, 92 min.). Dir.: Bernard Campan. Int.: Bernard Campan, Alexandre Jollien, Julie-Anne Roth, Tiphaine Daviot, Laëtitia Eïdo. COMEDIA DRAMÁTICA.
Las películas que pertenecen a ese género que en inglés llaman feelgood movies, con su visión positiva de la existencia y apuesta por el optimismo, como CODA (S. Heder, 2021), la reciente ganadora del
Oscar, no tienen buena prensa. Son, no obstante, las más reconfortantes y las que más falta hacen en tiempos como el presente. A ese tipo de cine se adscribe Mentes maravillosas, una deliciosa comedia dramática en la estela de Intocable (O. Nakache y É. Toledano, 2011).
Narra el encuentro de dos hombres muy diferentes: Louis, propietario de una funeraria, e Igor, un joven afectado de parálisis cerebral, feliz con su trabajo precario de repartidor. El azar los reúne en un viaje muy peculiar, para disgusto del primero y gozo del segundo, pero se van conociendo y surge entre ellos una amistad sincera y profunda. Resulta conmovedor el contraste entre las barreras mentales que atenazan a Louis, que encerrado en sí mismo se niega a aceptar su soledad, y el buen ánimo con el que Igor, que es muy consciente de su situación, se enfrenta a sus limitaciones.
ESTRENO: 13 MAYO
‘Mentes maravillosas’. El actor y director Bernard Campan (‘Tres hermanos… muy primos’) se alía con el filósofo Alexandre Jollien para componer una enternecedora historia de amistad sobre la aceptación de la diversidad funcional que desafía los prejuicios a ritmo de road movie y que se llevó el Premio del Público en el 25º Festival de Málaga.
Un hombre que trabaja en una funeraria atropella a un chico con parálisis cerebral. Después del incidente, ambos se embarcarán en un viaje en el que tendrán la oportunidad de conocerse y abrirse el uno al otro a través de sus inseguridades.
Entre amigos. Es esta una historia de amistad. Una historia de amistad delante y detrás de las cámaras. Una historia de amistad real que ahora se convierte en película. El actor y director Bernard Campan (Agen, Francia, 1958) vio en TV a Alexandre Jollien (Savièse, Suiza, 1975), que estaba presentando uno de sus libros, y se quedó muy impresionado con su discurso, con la forma en la que hablaba de la filosofía como arte de vivir.
Así que tomó la iniciativa y quiso ponerse en contacto con él. Ese fue el inicio de un vínculo que, casi 20 años después, sigue estando muy vivo y que ha dado un paso más allá gracias a la cocreación de Mentes maravillosas, una película que los une en la ficción y que les ha dado la oportunidad de trabajar juntos en un proyecto de lo más colaborativo: Campan dirige, los dos firman el guion y también interpretan a los personajes principales. La base del guion era nuestra amistad, que está basada en el progreso interior, cuenta Jollien durante la presentación de la película en el Festival de Málaga, donde ganó el Premio del
Público. Pero claro, había que buscar una historia, unos personajes, decidir cuánto queríamos que se aproximaran a nosotros de verdad y, a partir de ahí, adaptarlos a nuestras circunstancias reales y particulares.
Aprender a respetarse. Así, Alexandre Jollien interpreta a Igor, que, como él, tiene parálisis cerebral y utiliza la filosofía como un vehículo para sanarse de manera espiritual. En la vida real, Jollien es un filósofo superventas, pero aquí tiene un empleo precario vendiendo hortalizas ecológicas y sufre graves problemas de inadaptación social. Nadie quiere ser su amigo, aunque él se esfuerza por no
quedarse aislado, algo que parece precisamente buscar Louis (Campan), director de una funeraria cuya vida gira prácticamente por completo alrededor de su negocio. Del trabajo a casa, de casa al trabajo y así vuelta a empezar… hasta que su camino se cruce accidentalmente con el de Igor y entre ellos surja la amistad de una manera muy sana e intuitiva. Desde que nos conocemos, casi desde aquella primera llamada, siempre hemos hablado mucho de temas que nos interesan a los dos. Entre ellos está la muerte, también cómo nos influye la mirada de los demás, y cómo se puede mejorar interiormente, continúa Campan. Ambos, los personajes, emprenderán un viaje juntos en coche fúnebre para llevar el cuerpo de una anciana a su familia y, durante ese camino, que incluye horas conduciendo y paradas en hoteles, aprenderán a entenderse y a respetarse. Para los responsables de este proyecto tan especial, la película celebra la vida cotidiana en una época en la que necesitamos sentirnos vivos para existir y que nos muestra a dos seres humanos machacados que intentan salir adelante, apunta Campan.
Tomárselo con filosofía. En ese aspecto, Mentes maravillosas habla de la discapacidad de una manera profundamente transparente, sin utilizar la condescendencia, con humor, poniendo de manifiesto los traumas a los que han de enfrentarse las personas con diversidad funcional y también sus reivindicaciones, sus inseguridades, sus retos y aspiraciones a la hora de integrarse como individuos en la sociedad. A mí la filosofía me ha servido para eso, gracias a ella nunca me he sentido diferente. Siempre se dice que es muy abstracta y complicada de entender, pero no es cierto. Es una forma de existir, de relativizar, de avanzar, de alcanzar la libertad como seres humanos, dice Alexandre Jollien. Y el cine es una herramienta muy bonita para transmitir todo eso, y que a aquellos que no les interese la filosofía, se den cuenta de su dimensión espiritual.
“LA PELÍCULA CELEBRA LA VIDA COTIDIANA EN UNA ÉPOCA EN LA QUE NECESITAMOS SENTIRNOS VIVOS PARA EXISTIR”. Bernard Campan, codirector.