El cielo es el límite
Despega al fin la secuela más esperada de los últimos años, ‘Top Gun: Maverick’, y con ella, la estela de un actor que, tras más de tres décadas en lo más alto, se confirma como la última gran estrella y el héroe de las salas de cine. ¿Listos?
El regreso de Tom Cruise con Top Gun: Maverick, así como la ¿despedida? de la saga Jurassic World reafirman el valor comercial de la nostalgia y el peso que el cine de los años 80 y 90 tiene en la taquilla de hoy. Acción adrenalínica que, tanto en una saga como en la otra, pasa a una nueva generación, como la de los jóvenes cadetes –liderados por Miles Teller, Glen Powell o Monica Barbaro– que comparten pantalla, sueños de grandeza y vuelos supersónicos con Cruise.
Por qué la gente amó tanto aquella película? ¿Por qué la ha seguido amando durante más de tres décadas? Tom Cruise, quien cumplirá unos nada creíbles 60 años el próximo mes de julio, se hace en voz alta preguntas de las que parece no tener la respuesta. Sí, estaba Maverick y su ímpetu juvenil; el compañerismo, la amistad, la fascinación por la velocidad. Todos hemos querido conquistar el cielo, reconoce el actor, y conquistar nuestro destino. Top Gun, el original de 1986, supo capturar esos anhelos rodeándolos de una estética muy concreta y de canciones inolvidables. Pero… ¿era solo eso? ¿Cuál era la verdadera esencia de un éxito que ha perdurado durante tantos años?
EL ÚLTIMO ‘BOY SCOUT’ DE LOS CIELOS
Top Gun: Maverick gira alrededor de la masculinidad de Tom. Del personaje de Tom, Pete ‘Maverick’ Mitchell. Christopher McQuarrie, el tercer guionista acreditado de esta esperadísima continuación y quien presentó a su amigo Tom Cruise (las últimas entregas de la franquicia Misión: Imposible y el primer y mejor Jack Reacher) y al productor Jerry Bruckheimer el libreto final, sí que parece tener la clave del fenómeno Top Gun y de su regreso: Tom no quería hacer una copia del original, ni siquiera un cover. Para él era imprescindible que la melodía de fondo siguiera siendo reconocida y que su personaje, por mucho que hubiesen transcurrido 36 años, siguiera igual de rebelde y fuerte. Es Maverick, pero ya no tiene 20 años aunque en cierta manera sí que los tiene a pesar de ser un cincuentón. No ha subido en el escalafón militar, sigue enfrentándose a las órdenes. Sigue queriendo no crecer pese a que acabas viendo que necesita hacerlo. Hasta la trama romántica con Penny, el personaje de Jennifer Connelly que fue un antiguo amor de juventud, se muestra de una manera adolescente para que vaya madurando.
ETERNAMENTE JOVEN
Es verdad que el paso del tiempo está presente en Top Gun: Maverick: el ejército parece preferir drones a pilotos y el personaje de Tom Cruise se resiste a aceptar que han pasado tres décadas, pero el film dirigido por Joseph Kosinski ( Oblivion, ya con Cruise, y Héroes en el Infierno, ya con Miles Teller, el joven actor que le da aquí la réplica a Maverick) apuesta por encerrar al emblemático piloto (ahora instructor) de la Escuela de Armas de Combate de la Armada estadounidense en una suerte de cápsula del tiempo que mantiene intacta su categoría de héroe (humano) y que seguramente explica la fascinación por este. Mav no está atrapado o hechizado por el pasado, apunta McQuarrie, pero es capaz de devolver lo mejor de este al presente, de utilizarlo como lección y rito iniciático para una nueva generación de pilotos. Y aprender personalmente de él.
Pensé que no iba a entrar en LA cazadora, que me iba a sentir ridículo con ella lo mismo que con las gafas de sol y montándome de nuevo en la moto, recuerda Tom Cruise. Pero fue hacerlo y volver a sentirme Maverick, ver que lo que de verdad era Mav estaba ahí, que todo eso, como sus recuerdos y sus ganas de cerrar etapas y de abrir otras, estaban ahí, en esos pequeños
“PENSÉ QUE NO IBA A ENTRAR EN LA CAZADORA, QUE ME IBA A SENTIR RIDÍCULO…, PERO FUE HACERLO Y VOLVER A SENTIRME MAVERICK”. Tom Cruise, actor y productor.