EL PRÓXIMO DOCUMENTAL
La proliferación de películas de no ficción sacando a la luz intimidades personales y profesionales de iconos de la pantalla de todos los tiempos es un filón de hoy y de siempre que analiza nuestra colaboradora.
“LOS DOCUMENTALES SOBRE ACTORES NO SON NOVEDAD. LA NOVEDAD ES QUE HOY RESULTA MUCHO MÁS FÁCIL VERLOS”.
Si nos gustan los actores y sus películas, ¿por qué no vamos a querer husmear en sus vidas? Ahí está la columna de cotilleos de toda la vida: Louella Parsons, Hedda Hopper, Sheilah Graham. O el muy posterior Hollywood Babilonia de Kenneth Anger. También los libros de Donald Spoto. Y, claro, los documentales, que ahora es de lo que más hay. Es necesario rellenar las plataformas. Blancos, rosas o amarillos. Buenos, malos y malísimos. En la pasada edición del Festival de Cannes se ha presentado el documental de Ethan Hawke sobre Paul Newman y Joanne Woodward, The Last Movie Stars. Sobre sus 50 años juntos. Sus carreras y sus problemas. Joanne Woodward no soportaba la frasecita de Paul Newman. Ya saben, ‘¿Para qué quiero comer una hamburguesa teniendo un filete en casa?’. Está en The Last Movie Stars: Aparte de que soy vegetariana, cada vez que la oigo le pegaría.
También, y aprovechando el 40.º aniversario de su muerte, el de Romy Schneider, Romy, una mujer libre, de Lucie Cariès. Da igual si no es un gran documental porque nos da lo que queremos. Imágenes que no habíamos visto y entrevistas con una mujer tan guapa como fascinante. Con una madre, Magda Schneider, que era una de las actrices favoritas de Hitler. Hay películas caseras con Hitler. ¿A quién no le va a gustar un genocida del siglo XX al lado de la madre de Sisí?
Coincidiendo con todas esas novedades, pudimos ver en Filmin el documental Val (2021), de Ting Poo y Leo Scott, también presentado en Cannes. A ver, no sé si hay mucha gente que tenga a Val Kilmer entre sus actores favoritos, pero es un artista que ha estado documentando su vida con videocámaras desde que no era una estrella. Miles de horas de metraje. Desde su paso por Juilliard al culo de Sean Penn, pasando por el rodaje de Top Gun (Ídolos del aire). Luego está el cáncer de garganta y la traqueotomía. Su risa, dice, suena como la de un pirata. Para la narración le presta la voz su hijo. Con las filmaciones actuales a veces piensas en Relámpago sobre agua (1979), la película de Wim Wenders filmando a Nicholas Ray. Es verdad que puedes quedarte en el cáncer de garganta y en la Ciencia Cristiana (fe que heredó de sus padres), pero se le agradece esa documentación de su vida. Claro que prefiero que lo haya hecho Ingrid Bergman. También en Filmin se puede ver todavía Ingrid Bergman: Retrato de familia (2015), de Stig Björkman. En 2011 se encontró con Isabella Rossellini y esta le propuso hacer una película sobre mamá.
Y le cedió las grabaciones caseras.
Los documentales sobre actores no son novedad. La novedad es que hoy es más fácil verlos. Recordemos Marilyn Monroe: The Final Days (2001), con Billy Wilder diciendo que era una excelente actriz de diálogo, que sabía dónde iban las risas, aunque llegara a las cinco cuando estaba convocada a las nueve con un montón de extras. Llegaba y decía: ‘Lo siento, me he perdido viniendo al estudio’. ¡Llevaba siete años contratada en el mismo sitio! Humphrey Bogart, Ava Gardner, Robert Mitchum o John Cazale también tienen magníficos documentales.
Decía Johnny Depp que los únicos cotilleos que le interesaban eran los del Weekly World News tipo Arde un sujetador. 11 heridos. Él y Amber Heard han estado dando más lumbre que la de ese sujetador. La retransmisión del juicio ya ha sido suficiente, pero no creo que nos libremos de un documental. ◆