Fotogramas

AL HABLA CON NATHALIE BAYE

CUATRO PREMIOS CÉSAR –DE DIEZ CANDIDATUR­AS–, UNA COPA VOLPI Y UNA CONCHA DE PLATA. ESTE ES EL CURRÍCULO DE UNA DE LAS GRANDES DEL CINE FRANCÉS QUE, EN ‘ALTA COSTURA’, VUELVE A INTERPRETA­R UN PERSONAJE QUE PARECE HECHO A SU MEDIDA.

- Por A. S.

A punto de cumplir 50 años de una carrera que comenzó con La noche americana (François Truffaut, 1972), Baye se muestra agradecida a una profesión que le sigue dando muchas satisfacci­ones. En Francia nos encanta decir que las cosas se hacen mejor en otros países, pero, en el caso del cine, los directores franceses siguen ofreciendo papeles a mujeres mayores como yo, afirma.

Dice que no le interesa especialme­nte la moda, pero ¿qué ha descubiert­o en Alta costura?

No soy una fashion victim, pero una prenda puede ser fabulosa. En cualquier caso, cuando empecé a preparar mi personaje, Esther, no estaba interesada en los diseños ni en los grandes creadores, sino en lo que hay detrás de todo eso. Pasé mucho tiempo observando a las costureras y descubrí que se dejan el corazón en su trabajo, que hacen vestidos que cuestan una fortuna que nunca podrían pagar, pero están muy orgullosas de su oficio.

Esta película nos demuestra que un momento te puede cambiar la vida.

¿Cuál le cambió la suya?

No hay uno solo sino varios. Yo era mala estudiante, pero mis padres me dieron el mejor regalo que se puede hacer a un hijo: confianza. Me fui con 18 años a Estados Unidos para ampliar mi formación de bailarina y, cuando regresé, un amigo me aconsejó estudiar teatro. Entonces fue cuando descubrí lo que quería ser en la vida.

En Alta costura interpreta a una mujer que antepone el trabajo a todo y tiene dificultad para expresar sus emociones. ¿Tiene algo en común con ella?

Lo cierto es que somos bastante opuestas, pero Esther me conmueve mucho. Es una mujer solitaria, que ya no se habla con su hija y que es muy estricta con los demás y más aún consigo misma. Quizá tenemos en común esa disciplina, algo que me inculcaron las profesoras rusas de ballet, pero afortunada­mente siempre he tenido mucha complicida­d con mi hija Laura (actriz e hija de Johnny Hallyday). En su momento le advertí de algunas trampas que puede haber en el mundo del cine, pero ya es adulta, inteligent­e y tiene un hijo, así que procuro estar disponible, pero sin pasarme. Las madres invasoras son insoportab­les. ◆

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain