FRENTE AL MUNDO
Actriz (y guionista) extraordinaria y una mujer comprometida, reivindica la diversidad de los cuerpos femeninos y una vida sexual plena en la deliciosa ‘Buena suerte, Leo Grande’.
A las mujeres nos han lavado el cerebro para que odiemos nuestros cuerpos, decía Emma Thompson en la presentación de
Buena suerte, Leo Grande, en la Berlinale. Un discurso viral a propósito de su personaje, una maestra de religión viuda que se cita con un trabajador sexual (Daryl McCormack, visto en la serie Peaky Blinders),
anhelando el orgasmo que jamás tuvo. Sobre dos hermosas escenas, en las que la actriz se planta ante el reflejo de su cuerpo desnudo, sostenía: Es lo más difícil que he hecho nunca. Y remataba con un consejo: Acércate al espejo, quítate la ropa y no te muevas. Acéptate, y no te juzgues.
Los inicios. Hija de la actriz Phyllida Law y de Eric Thompson, escritor y narrador de la serie infantil de la BBC The Magic Roundabout, Emma Thompson (Londres, 1959) se unió, en sus años en la Universidad de Cambridge, a la compañía teatral Footlights: fue la primera mujer de un grupo en el que estaban Stephen Fry, Robbie Coltrane o Hugh Laurie, futuro doctor
House y su novio durante un tiempo. Con ellos se paseó por escenarios y platós, en series como Alfresco (1983-84).
El salto. La miniserie Fortunes of War (1987) fue vital. En el set conoció a Kenneth Branagh, que la dirigiría en el deslumbrante debut del, entonces, niño bonito del teatro inglés: Enrique V
(1989), el segundo film de Thompson (tras Un tipo de altura). Se casaron en 1989, y rodaron Morir todavía (1991), Los amigos de Peter (1992, con sus viejos amigos Fry y Laurie) y Mucho ruido y pocas nueces (1993). Una época dorada, con el Oscar por Regreso a Howards End (1992), la doble nominación en 1994 por Lo que queda del día y En el nombre del padre, y su salto a Hollywood, con Junior (la de Schwarzenegger embarazado), mientras Branagh rodaba Frankenstein y se liaba con Helena Bonham Carter. La infidelidad llevó al divorcio en 1995 e inspiró a Thompson para ser la esposa engañada de Love Actually (2003).
Sus highlights. Comprometida feminista, activista contra el cambio climático y en el apoyo a refugiados de guerra (adoptó a un ex niño soldado de Ruanda, su segundo hijo tras la niña que tuvo con Greg Wise, su actual esposo), en el siglo XXI ha hecho roles tan relevantes como los de Amar la vida (2001) y Angels in America (2003), ambos en HBO; la autora de Mary Poppins en Al encuentro de Mr. Banks (2013), o la terrorífica líder de la ultraderecha en la serie Years and Years (2019). Y, dato curioso: confirmó el rumor de que, 20 años antes, hizo una prueba para protagonizar Instinto básico.
Amiga de los niños. Las películas infantiles han sido mi trabajo más duro, porque los niños merecen lo mejor, declara. Y estuvo divertidísima en sus tres apariciones en la saga Harry Potter, como extravagante profesora Trelawney. Se implicó escribiendo (ganó su segundo Oscar por el guion de Sentido y sensibilidad) y protagonizando las dos entregas de La niñera mágica. Fue la Señora Potts en La Bella y la Bestia (2017) y la estupenda villana de Cruella (2021). Y pronto la veremos en la película Matilda, de Roald Dahl: El musical.
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ESTRENO: 2 SEPTIEMBRE