LAS DOS CARAS DE LA VERDAD
√ La mayor virtud de El acusado es la de no posicionarse jamás, ni moralmente, ante los protagonistas de una sórdida historia criminal que se abre en canal en ese juicio, tan poco cinematográfico (lo digo como un piropo) como profundamente perturbador.
Magdalena Pitarch (vía e-mail).
√ Supongo que a su director le parecerá la elección tonal perfecta esa frialdad realmente irritante que atraviesa tanto la trama como a unos personajes protagonistas a los que parece no querer juzgar, pero que sí hace al retratarlos a todos como figuras de un museo de cera.
Goya Esteban (vía Facebook).
√ El acusado explora los límites de la verdad y de si sabemos si estamos haciendo el bien o el mal. Utiliza un género como el judicial que le acaba resultando demasiado pequeño para sus grandes pretensiones, lo que es una pena.
Ricardo Sada (vía e-mail).
CONTESTA MR. BELVEDERE
Que Yvan Attal no es, ni será, Claude Chabrol es algo que el propio actor y director debería asumir antes de perderse, aunque menos que su hijo Ben (una rémora para el film), en una pretenciosa y alargada suma de conceptos e ideas que no sabe transmitir en pantalla.