SUPERAGENTE 1961
Tras pasar por el Fantastic Fest de Austin y el Festival de Sitges, HBO Max estrena esta historia basada en el cómic de Santiago García y Luis Bustos sobre un superhombre creado y criogenizado en los años 50 por los servicios secretos del general Franco. Una suerte de agente definitivo a quien una periodista despierta por error en la época actual. Eugenio Mira (‘Grand Piano’) debuta en TV con una serie de seis episodios de la que nos cuenta todos sus detalles.
España, 1961. El dictador Francisco Franco lleva más de 20 años gobernando el país con mano de hierro. Estados Unidos y la URSS están sumidos en plena Guerra Fría. Espías de todo pelaje recorren el mundo vigilando al enemigo en misiones secretas y potencialmente mortales. Nuestro país tiene a uno de los mejores: García (Francisco Ortiz), un superagente creado por el profesor Neffenberg (Daniel Freire), hoy enemigo del Régimen. Ambos se enfrentan en un tren cuando García es traicionado por uno de sus hombres y acaba criogenizado en una cámara secreta del Valle de los Caídos. Ahora, viajemos en el tiempo hasta Madrid, en la actualidad. Catalina Bellido (Silvia Abascal), candidata a la presidencia por el partido de derechas, implicada en casos de corrupción urbanística, se divierte viendo en su tablet el reality de mayor audiencia mientras se dirige a su casa en coche. El chófer la deja cerca…, pero nunca llega. Alguien la secuestra. Se desconoce su paradero y los responsables. Mientras, el desconcierto y las tensiones aumentan en un país que va a la deriva. Es entonces cuando García ‘resucita’ gracias a Antonia (Veki Velilla), una periodista que encuentra el escondite por casualidad. Este es el arranque de ¡García!, la novela gráfica de Santiago García (El vecino) y el dibujante Luis Bustos adaptada para TV por Carlos de Pando y Sara Antuña, que estrena HBO Max en seis capítulos. El proyecto me interesó desde el principio porque en su conjunto no había nada igual, no se trataba de copiar, sino de hacer algo que no se había hecho. Ese era el mayor atractivo para mí y estoy muy satisfecho porque lo hemos conseguido. Eugenio Mira (Castalla, Alicante, 1977) derrocha entusiasmo explicando los pormenores de esta serie, la primera de su carrera, en la que se empeñó en participar nada más saber que se estaba gestando. El director de arte Javier Alvariño, con quien he rodado mis tres películas The Birthday, Agnosia y Grand Piano, además del corto Fade, y que me conoce bien, me comentó que Sara Antuña y Carlos de Pando, con quienes trabajaba en otra serie, estaban adaptando una historia que me iba mucho. Así descubrió el cómic, del que se empapó antes de contactar con los guionistas: Les dije que me interesaba, pero no podía hacerlo por cuestión de fechas. Llegó la pandemia, todo se retrasó y se resolvió a mi favor porque ya no había problema de agenda. Me ofrecieron grabar el primer y último capítulo para marcar el estilo, pero yo los quería todos y, para mi sorpresa, me los dieron.
“LA REALIDAD SE ACERCA CADA VEZ MÁS A LA CARICATURA, SOBRE TODO EN ASUNTOS DE POLÍTICA. EL PROBLEMA ES QUE ACEPTAMOS LOS CASOS DE CORRUPCIÓN COMO SI FUERAN NORMALES”.
SÁTIRA, NO PARODIA
En ¡García! el director reconoce ecos de James Bond, Indiana Jones y superhéroes como el Capitán América o Superman, de los que no hay tradición en España, que tenemos a Mortadelo
y Filemón, Anacleto… que son parodia. Quizá la única influencia sea Roberto Alcázar y Pedrín, cómic que nació en 1941 y que era afín al Régimen. También hay más sátira que parodia en Torrente, en la primera entrega de la saga, cuenta Mira. Aunque su premisa era alejarse de la caricatura, no siempre les resultó sencillo porque la realidad, asegura, se le acerca cada vez más. Sobre todo, en asuntos de política. Desde hace unas décadas, en las que hay más transparencia, conocemos casos de corrupción que antes lo habrían removido todo y ahora los aceptamos como si fueran normales.
BUSCANDO A LOS PROTAGONISTAS
Mira temía que encontrar al superagente criogenizado fuera una misión casi imposible. Por suerte, se equivocó. Me quito el sombrero ante María Rodrigo, la directora de casting, que redujo mucho las posibilidades. Cuando vimos a Francisco Ortiz (que se dio a conocer en El secreto de Puente Viejo y ahora rueda la serie Memento mori, adaptación de Versos, canciones y trocitos de carne, de César Pérez Gellida junto a Yon González y Manuela Vellés), no hubo dudas. Aportaba aplomo y una voz que nos ‘tumbó’ a todos. Es de otra época y nada impostada. Tuvimos que suavizarla un poco al principio, cuando su personaje despierta. Dar con Veki Velilla (vista en Yrreal) para Antonia también fue un acierto: La llamamos ‘la ardilla eléctrica’ porque nos trajo esa energía de Shirley MacLaine combinada con el Marty McFly de Regreso al futuro, pero en chica. Costaba empatizar con su personaje porque siempre se quejaba y culpaba a los demás de cuanto le sucedía. Sin embargo, gracias a su calidez natural y al cariño que le tenía a Antonia, limó todas las asperezas. Ha conseguido que sea como tenía que ser y que además te derrita el corazón. Y es en ellos donde se concentra gran parte del humor, motivado por el choque que experimenta un tipo de la España franquista que despierta en la actual, con democracia, donde las mujeres aspiran a gobernar el país, se celebran matrimonio gays y el teléfono se lleva en el bolsillo. Y no solo eso: García viene de un mundo hipersimplificado en el que todo es blanco o negro. De hecho, es así como grabo esa época, en la que los buenos son buenos y los malos, malos. Y de repente llega a una realidad muy compleja en la que no encaja. Aun así, es independiente, fiable y tiene muchas virtudes que no están ligadas a ninguna ideología. De eso también va la serie. Quien piense que esto es una especie de James Bond a la española se equivoca.
QUÉ MALO TAN BUENO
Otro Francisco sorprendió a Mira, en este caso Reyes. Interpreta a Winters, el hijo del Neffenberg a quien este transforma
en un superhombre, sin debilidades y obediencia ciega, con la esperanza de superar a García: Desafía al arquetipo de villano aportándole infinidad de matices. Tiene una capacidad excepcional para crear y desconectar el piloto automático. ¡Ojalá vuelva a trabajar con él!
DE MADRID A LA PANTALLA
Ya desde la primera lectura del guion, Mira imaginaba los lugares donde se podía grabar: La serie es una carta de amor a Madrid. Vine aquí con 17 años, soy provinciano, y siempre me ha intrigado la falta de interés por la ciudad. Hay muchos sitios que hace años he querido utilizar y que de repente aquí encajaban. Cogía la bici y me tiraba horas sa
cando fotos con el móvil para mostrarlas al equipo, además de las que tenía en mi archivo, y comprobábamos si funcionaban. Uno de ellos es la zona de Moncloa donde se hallaba la mítica cafetería Galaxia, ahora desaparecida, donde Tejero urdió el golpe de Estado. Esa fue la razón que me empujó a rodar el secuestro de la candidata a la presidencia en ese lugar. También filmaron en el Instituto Cervantes, cuya entrada es, a la sazón, el Ministerio del Interior donde trabaja Don Jaime (Emilio Gutiérrez Caba). Los despachos, sin embargo, son los del Ministerio de Agricultura. Y se ven los exteriores del Museo del Prado, el puente de Segovia, el skyline de las cinco torres, la escalinata de la calle Mostenses, con una escalera al más puro estilo West Side Story, según el director, y las antiguas fábricas de la extinta Galerías Preciados donde había robots. Se les resistió, sin embargo, el espacio más relevante de la historia: el Valle de los Caídos. El proceso de negociación se alargó mucho, nunca nos dijeron que no. Tuvimos una sesión de localizaciones, pero se acercaba la fecha de rodaje y no podíamos seguir esperando. Fue uno de los golpes más duros de la logística, pero salimos airosos porque teníamos tiempo y la tecnología para crear lo que necesitábamos. Y buscamos sitios alternativos, como la Real Basílica de San Francisco el Grande. Aunque el rodaje fue fundamentalmente en Madrid, algunas de las escenas de más acción se desarrollaron en la estación internacional de Canfranc y su entorno ferroviario (Huesca) y en el embalse de Bolarque, entre Cuenca
y Guadalajara.
“NO PODER RODAR EN EL VALLE DE LOS CAÍDOS FUE UN DURO GOLPE, PERO SALIMOS AIROSOS PORQUE DISPONÍAMOS DEL TIEMPO Y LA TECNOLOGÍA PARA CREAR LO QUE NECESITÁBAMOS”.
MANUEL DE FALLA Y DEPECHE MODE
Con ¡García!, Eugenio Mira vuelve a sus orígenes como músico y compositor de bandas sonoras ya que, bajo el pseudónimo de Chucky Namanera, ha firmado las de Verónica, Los cronocrímenes y Agnosia, entre otras. Para mí forma parte de la misma dirección y es como volver al principio del proyecto. La música de la serie ha sido lo más satisfactorio que he hecho en este campo y he contado con la colabo
ración de Julio Awad, el orquestador, y Marc Blanes, el mezclador. A lo largo de los seis capítulos se escuchan temas con influencias del flamenco, Manuel de Falla, ritmos latinos, jazz… Aunque, en opinión del autor, el que mejor resume el espíritu de la serie es el de la cabecera, que tiene toques sofisticados del estilo de Depeche Mode y elementos electrónicos sutiles. Alejado de la dirección desde que rodara Grand Piano en 2013 con Elijah Wood y John Cusack, Mira en ese tiempo, además de estrenarse como padre –Algo que te cambia la vida, dice–, ha trabajado con Juan Antonio Bayona en Lo imposible, Un monstruo viene a verme y Jurassic World: El reino caído como segunda unidad. No lo cambiaría por nada, sobre todo, participar en una saga de la que soy fan desde niño. Yo siempre puedo dirigir mis historias, pero algo así… Además, siento que con la serie he aumentado el currículo considerablemente porque es como si hubiera rodado tres películas. De hecho, nunca me planteé hacerlo de manera diferente por tratarse de una serie. Otro de los motivos por los que me interesó es porque podía implicarme en ella desde el principio y era un material completamente ajeno a mí, que yo no había escrito, y eso me planteaba un gran reto. Lo que más me atrae es llevar a cabo proyectos nuevos. Ahora, estoy desarrollando una miniserie de terror de época.
LA SOMBRA DE GUILLERMO DEL TORO
La carrera de Mira está ligada al cineasta mexicano, que se entusiasmó con Fade, su primer corto, e insistió en que lo vieran a sus amigos Oliver Stone, Quentin Tarantino y David Lynch. Lo conté en una entrevista, llegó a Wikipedia y ahora sale en todas partes, cuenta divertido. Nunca se lo podré agradecer lo suficiente: yo era un chaval de Alicante y me abrió las puertas de Estados Unidos. Hace tiempo que no hablamos, pero seguimos en contacto y espero que vea ¡García! Tiene elementos que le interesan, devora los cómics y le fascina la historia de España, en concreto la época de la Guerra Civil. ◆
ESTRENO: 28 OCTUBRE EN HBO MAX
“COMPONER LA BANDA SONORA DE LA SERIE HA SIDO LO MÁS SATISFACTORIO QUE HE HECHO COMO MÚSICO, Y PARA MÍ FORMA PARTE DE LA DIRECCIÓN, ES COMO VOLVER AL INICIO”.