Colegas de barrio, cómplices de vida
Mario Casas debuta como director con Mi soledad tiene alas, drama sobre delincuencia juvenil que ha coescrito con la actriz belga Déborah François. La intérprete, que debutó en la película El niño (Jean-Pierre y Luc Dardenne, 2005) y ganó el César como Revelación Femenina por El primer día del resto de tu vida (Rémi Bezançon, 2008), protagonizó el thriller
El practicante (Carles Torras, 2020) con Casas. El guion del que son autores sigue los pasos de tres amigos que apuran el día a día sin plantearse cuál podrá ser su futuro, y sobreviven cometiendo atracos a joyerías.
Reparto con debutantes. La película tiene como protagonistas al hermano pequeño del actor, Óscar Casas, visto en Hollyblood (Jesús Font, 2022), que ha adelgazado más de 8 kg para encarnar a Dan, y a los debutantes, Candela González (Vio) y Farid Bechara (Reno). Lo más importante para mí, y que se convirtió en casi una necesidad, era encontrar a jóvenes no profesionales que le den una verdad única y especial a la película y que la hagan volar, ha contado. En este aspecto, Casas juega en terreno conocido ya que rueda en los barrios de Barcelona donde pasó su infancia.
El mundo grafiti. La trama da un giro cuando el padre de Dan sale de la cárcel. Esto despierta los viejos demonios del muchacho, que tiene talento para el grafiti, un medio de expresión que juega un papel relevante en el film. La rabia del personaje lo suma en una espiral de violencia que lo obliga a huir a Madrid, lo que pondrá a prueba el compañerismo del trío y, en especial, su relación con Vio. Me siento un privilegiado de poder darles esta oportunidad a unos jóvenes que solo desprenden talento y entrega, asegura Casas. El reparto incluye a Francisco Boira y Marta Bayarri. Produce Nostromo con participación de Netflix.