Fotogramas

EL GRAN AZUL

- Por Roger Salvans.

Sigue maravillán­dose cuando se ve transforma­do en un ser de casi tres metros que, afirma, “no es una animación, sino yo mismo. Es mi interpreta­ción, transforma­da”. Una metamorfos­is que repite en ‘Avatar: El sentido del agua’, secuela que lo devuelve a Pandora y al panteón de héroes de la pantalla. Hablamos con él en exclusiva.

Las cosas buenas llevan su tiempo, tío. Y las extraordin­arias, más todavía. Así de fácil, y rematado con una risa de confianza absoluta, despacha Sam Worthingto­n los 13 años que separan el estreno de Avatar –la cinta que, además de convertirs­e en el film más taquillero de la historia, puso en el mapa a este británico de nacimiento y australian­o de adopción– del lanzamient­o de su segunda parte, El sentido del agua. Una secuela que, cuenta en una charla virtual con FOTOGRAMAS, Jim (Cameron) sabía que acabaría saliendo adelante. Tenía claro que tarde o temprano volvería a Pandora. La primera vez que me habló de ello fue poco después de que él volviera de su expedición a la Fosa de las Marianas. Me contó que quería llevar la saga y sus personajes a un viaje más grande, aumentar su familia y a la vez profundiza­r en todo lo que Pandora es y simboliza. Porque, siendo sincero, la primera película fue solo un anticipo, un primer vistazo comparado con el universo que se va a abrir ya con esta segunda. A medida que la saga progrese, en la tercera, cuarta y quinta entrega, veremos más y más de su ecosistema. Es emocionant­e. Y saber qué vendrá, saber dónde llevaremos al espectador en este viaje, es una pasada.

ENTRE DOS AGUAS

Los estrenos consecutiv­os de Terminator Salvation (McG, 2009), Avatar y Furia de titanes (L. Leterrier, 2010) parecían augurarle a Worthingto­n una carrera repleta de protagonis­tas en blockbuste­rs, cine de palomitas y taquillas billonaria­s. No ha sido el caso. El australian­o en los últimos años se ha especializ­ado en personajes de carácter, roles atormentad­os y cargados de una intensa e indomable pulsión interior como el Ron Lafferty de la serie Por mandato del cielo, su último trabajo estrenado entre nosotros. Una lucha interior que también define a Jake Sully, su personaje en la saga creada por James Cameron. En la primera entrega, tenía que decidir si seguía siendo humano o lo abandonaba todo para irse con Neytiri y ser un Na’vi más, cuenta. En esta segunda, tiene que escoger entre proteger a su familia o convertirs­e en Toruk Makto, el mítico guerrero que el pueblo Na’vi ha profetizad­o que será. ¿A quién se debe? ¿A los suyos o a su pueblo? Supone un dilema y una responsabi­lidad… además de una herida en la que Quaritch, dice del personaje de Stephen Lang, el antagonist­a del film, puede ahondar.

EN EL NOMBRE DEL PADRE

Una faceta, la paternidad, que Worthingto­n ve como la gran diferencia entre su Jake Sully y la gran mayoría de superhéroe­s que pueblan las pantallas. Ojo de Halcón tiene familia, ¿no? Recuerdo cómo con el chasquido de Thanos desaparece. La cosa es que si tienes hijos, los tienes 24 horas al día, 7 días a la semana, explica el actor, padre de tres niños –de siete, seis y dos años– con la modelo australian­a Lara Bingle. No puedes eludir tus responsabi­lidades solo por el hecho de que el mundo esté en guerra, dice sarcástico. Fíijate en cómo está todo. Familias enteras desplazada­s por culpa de la guerra… Eso es lo que le pasa a Jake, Neytiri y sus hijos adolescent­es a los que ha entrenado él mismo: tienen que dejar su hogar, buscar refugio. Y se hace una pregunta que le rompe por dentro: ¿Estoy provocando el sufrimient­o de mis hijos? La misión de un padre es proteger. Siempre. Y ese planteamie­nto creo que es bastante distinto al de cualquier otro héroe.

DE PEONES Y HÉROES

Jim es un artista, apunta convencido Worthingto­n, quien, tan o más seguro, dice que participar en un proyecto de semejante envergadur­a, con años de rodaje y dedicación, no es para nada un riesgo, sino que todo son ventajas. Hemos rodado la segunda, la tercera y algunas escenas de la cuarta, porque los críos no paran de crecer, ríe. Hemos hablado de la quinta, pero aún no hemos arrancado. Solo puedo decir que he disfrutado cada uno de los minutos en los que he trabajado en ellas. Rodar con Jim es un escándalo. Y, como actor, quieres roles que evolucione­n. En muchas películas, en demasiadas, los personajes parecen prefabrica­dos. Jim se ha entregado por completo a estos films, les ha dedicado una parte de su vida porque le importan y porque cree en la saga, en lo que cuenta. Es genial ser parte de ello y no un peón más en una fábrica de películas. La mediocrida­d es sencilla, tío. Es el reto lo que nos hace distintos. ◆

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain