Melissa Newman, por La extraordinaria vida de un hombre corriente (Ed. Arte y Ensayos).
Con motivo de la publicación de la biografía de Paul Newman hablamos con su hija Melissa sobre las inseguridades de su padre, el porqué de su pasión por las carreras y la explicación a su célebre filantropía.
Autobiografía autorizada. A finales de los años 80, Paul Newman encargó a su mejor amigo, Stewart Stern (guionista de Rebelde sin causa y Rachel, Rachel) que le hiciera unas largas entrevistas grabadas. A él y a algunas de sus personas más cercanas, como Elia Kazan, Tom Cruise, Martin Ritt y varios miembros de su familia. Se abrió en canal revelando sus intimidades y después, quemó las cintas. Hablamos sobre este asunto con su hija Melissa, que atiende a FOTOGRAMAS desde su casa en Connecticut. La misma que compraron en 1961 Paul Newman y Joanne Woodward. Después yo se la compré, y ellos se mudaron a casa de mi abuela, al otro lado del río. Mi madre todavía vive allí, aclara.
Creo que su intención con esas grabaciones era dejar un legado para la familia. Pero es cierto que varias veces habló con Stewart también de escribir un libro. En cuanto a las cintas quemadas, no tengo ni idea de por qué lo hizo. Tal vez había cosas demasiado personales. Pero sí sé que algunas todavía existen, cuenta. En todo caso, antes de la quema Stern las había transcrito minuciosamente, y un día aparecieron en el sótano de Joanne Woodward 14.000 páginas con esos documentos. Libro y documental. De ahí ha salido la biografía La extraordinaria vida de un hombre corriente (Libros Cúpula) y parte del documental dirigido por Ethan Hawke Las últimas estrellas de Hollywood (HBO Max). Lo más fascinante para mí es ver a un hombre tan famoso como era él, siendo tan inseguro y ahondando tanto en esas inseguridades. Me habría gustado que mi padre compartiera eso conmigo antes, reconoce. Él quería ser actor, lo de la fama y los ojos azules vino por añadidura. Y si uno ve cómo eligió sus papeles aprecia cuánto adoraba interpretar. Pero tenía una enorme fragilidad sobre eso, porque el arte es algo subjetivo, no hay un Dios que diga: eres bueno en esto. Creo que por eso le
“Él quería ser actor, lo de la fama y los ojos azules vino por añadidura. Pero había una enorme fragilidad en eso”. Melissa Newman.
gustaban tanto las carreras de coches. Ahí es fácil saber cómo de bueno eres.
‘Lissy’ recuerda una infancia viendo cine con sus hermanos y sus padres
(En el Hollywood de los 60 y 70 muchas casas tenían sala de cine, porque todos vivían de eso). Su favorita es
El golpe. Una película perfecta. ¿La de su padre? Hay algunas en las que se lo pasó muy bien, aunque tal vez no eran las mejores. Si hay una que reúne todo, la crudeza y verdad que buscaba en la interpretación, de la que más orgulloso se sentía, era
El veredicto. Filántropo. The Economist dijo que Newman fue el hombre más generoso del siglo XX, en proporción a sus ingresos. Tenía caballos, una casa, un avión, coches de carreras… ¿Qué más? Es ridículo acumular más dinero, pensaba. Repetía mucho la palabra suerte, se sentía realmente afortunado. ◆