LA LEYENDA PROMETIDA
‘Irati’. Diosas milenarias, la batalla de Roncesvalles, el tesoro de Carlomagno… Todo está en esta aventura que Paul Urkijo regala a fans del género de ‘espada y brujería’. Con él hablamos de seres mitológicos y películas como las de antes.
DE QUÉ VA: Siglo VIII. El joven y cristiano protector de una tribu deberá confiar en una chica pagana para ir a un bosque donde todo lo que tiene nombre existe.
La pasión de un cuentacuentos. Mientras siga teniendo oportunidades voy a serle fiel a la fantasía y a lo fantástico. No entiendo, de momento, otra manera de expresarme como cineasta y como artista, como persona diría incluso. Desde que empecé a dibujar cosas, desde que me lancé a escribir y dirigir cortos, desde que estrené Errementari (El herrero y el diablo) (2017) y ahora que por fin, a finales de febrero, llegará al público Irati, es este el maravilloso mundo de leyendas, de cuentos y de seres que existen porque todo aquello que tiene nombre existe, en el que quiero permanecer. Escuchar a Paul Urkijo (Vitoria, 1984) hablar con tamaña pasión de su segundo largo –encabezado por Eneko Sagardoy, Edurne Azkarate e Itziar Ituño y que se inspira, libremente, en los personajes de la novela gráfica El ciclo de Irati, de J. L. Landa y J. Muñoz– nos confirma a un director, a un narrador (o un cuentacuentos, definición que él mismo reivindica) realmente apasionado. Quiero seguir siendo el niño a quien su padre le contaba historias extraordinarias cuando íbamos al bosque. Quiero compartirlas con los espectadores. Y quiero también ser el chaval que descubrió, muchas de ellas en vídeo o en TV, películas de aventuras, de espada y brujería, que son las que he querido hacer siempre.
Fantasía y realidad. El camino hacia Errementari me llevó unos ocho años, recuerda con una sonrisa (¿irónica?) Urkijo. El de Irati ha sido solo de seis, vuelve a sonreír. Espero ir acortando las distancias en mi próxima película (la sonrisa es ya completa). Voy siempre a saco, soy de los del doble salto mortal en cada proyecto, pero me curo mucho en salud porque cuando me presento ante un productor tengo ya muy claro qué quiero contar y cómo. Preparo un libro (que nos enseña: una preciosidad que debería editarse comercialmente) con todo el diseño y el arte conceptual del film. Es mi manera de enseñar que podré estar hablando de un argumento mitológico y de fantasía, pero que para mí es todo real, todo es factible de reproducirse en la realidad que es una película.
En la profundidad del bosque. Supongo que para una superproducción actual todo es más sencillo, más controlable, si lo ruedas en un estudio y luego en
posproducción recreas esos mundos donde transcurre la acción. Nunca he trabajado en ninguna, no sé lo que haría, ríe el director con esa suerte de tentación en un futuro. Lo que sí sé, y eso que en términos de producción fue costoso, trabajoso y duro, es que tenía que rodar en los escenarios naturales reales. No únicamente por dotar a los elementos de mitología y fantásticos de una base, una textura real, sino porque Irati habla en el fondo de la tierra, de la madre Tierra. La gran diosa, el origen de la mitología vasca, comparable a todas las Venus primitivas que conocemos, nace de ella y la representa. La tierra se humedece con sangre, se nutre de la lluvia, ve pasar a los seres fantásticos y a los humanos, a algunos les proporciona refugio, y busca permanecer eternamente. Si el plan de rodaje exigía descender durante 20 minutos a una cueva y quedarse allí todo un día, sin salir ni para hacer nuestras necesidades, allí nos quedábamos.
En tiempos de brujas.
Me estás nombrando los títulos que han sido mis referentes en Irati, asiente Paul Urkijo. Hay mucho, tratado de manera muy inteligente sin perder jamás el sentido de la épica y la espectacularidad (la batalla sangrienta rodada en casi plano secuencia), de obras que hablaron del choque entre lo pagano y el cristianismo, de cómo el segundo absorbió de manera sincrética al primero como El señor de la guerra (Franklin J. Schaffner, 1965), Excalibur (John Boorman, 1981) o El dragón del lago de fuego (Matthew Robbins, 1981). La película, prosigue el director, habla de estos dos mundos que se cruzan. En uno hay criaturas fantásticas, brujas… En el otro, guerreros, clérigos, reyes… Y hay un personaje, el pagano, el que acompaña al héroe masculino, que es mujer. No he buscado un discurso feminista prefabricado, apunta Urkijo, pero es evidente que es el personaje de Edurne Azkarate, que da título al film, el que rompe con el tópico del héroe del ideal apolíneo que se erige como único salvador. Estas cosas las hablamos mucho antes del rodaje con Edurne y Eneko (Sagardoy). Aunque soy un director con fama de perfeccionista y de no cambiar ni una coma del guion, esta vez he estado más abierto a la sinergia con el equipo. ◆
ESTRENO: 24 FEBRERO
Irati (España, Francia, 2022, 114 min.). FANTÁSTICA.
“EL FILM HABLA DE DOS MUNDOS QUE SE CRUZAN. EN UNO HAY CRIATURAS FANTÁSTICAS, BRUJAS… EN EL OTRO, GUERREROS, CLÉRIGOS Y REYES”.