CHARLTON HESTON ES EL CINE
A meses de su centenario y cuando se cumplen 15 años de su desaparición, nuestra cronista recuerda algunas de las interpretaciones que dejó para la posteridad uno de los legendarios actores del viejo Hollywood.
Charlton Heston no estaba muy seguro de interpretar al vaquero Steve Leech en Horizontes de grandeza (1958), de William Wyler. No le parecía gran cosa, pero su agente lo convenció para tener la oportunidad de trabajar con Gregory Peck y Wyler. No es solo que su papel sea extraordinario, sino que tiene uno de los mejores planos de la historia del cine (cuando en el desfiladero camino de la guarida de los Hannassey decide seguir al mayor Terrill poniéndose a su altura con el caballo y detrás aparecen sus hombres). La siguiente, y casi inmediata, película de Wyler sería Ben-Hur. Gregory Peck haría Matar a un ruiseñor. Lo curioso es que los amigos Peck y Heston, tan modélicos en sus papeles más legendarios, coincidirían en dar vida al doctor Mengele. Peck en Los niños del Brasil (1978) y Heston en la menos conocida My father, Rua Alguem 5555 (2003).
Quizá, si Charlton no hubiera hecho del vaquero Steve, no habría sido Judah Ben-Hur. Y no sabemos qué habría pasado con su carrera. Pero con la de antes sería suficiente para celebrar su centenario (nació el 3 de octubre de 1923). A ver, unas pocas: El mayor espectáculo del mundo, Pasión bajo la niebla, Cuando ruge la marabunta, Los diez mandamientos y Sed de mal. Después de BenHur, llegarían El Cid, 55 días en Pekín, El tormento y el éxtasis o El planeta de los simios, que sigue teniendo, con él como protagonista, el mejor final de una película.
Cuando fue diagnosticado de alzhéimer, Charlton Heston hizo una gira por EE. UU. despidiéndose de sus seguidores en la Asociación Nacional del Rifle (NRA). Había apoyado las campañas de Adlai Stevenson y John F. Kennedy, pero fue volviéndose más conservador. Hizo campaña por Reagan y los dos Bush. Decía en sus discursos en la NRA que había marchado por los derechos civiles antes de que estuviera de moda. Se opuso al macartismo, estaba en contra de la Guerra de Vietnam y creía que Nixon era malo para el país, aunque lo apoyara en el 72. George Clooney, progre de manual, no se disculpó cuando dijo: Hoy Charlton Heston ha vuelto a anunciar que tiene alzhéimer.
Las películas de Charlton Heston están presentes en la vida de todos los que aman el cine. Y el cine está lleno de momentos Heston inolvidables. Su enfrentamiento con Eleanor Parker en Cuando ruge la marabunta, cualquiera de Los diez mandamientos o Ben-Hur (en las dos su madre era Martha Scott, solo diez años mayor), su aparta tus sucias manos de mí, mono asqueroso de El planeta de los simios (y el final), cuando pintaba la Capilla Sixtina en El tormento y el éxtasis o el plano secuencia inicial de Sed de mal. Y hasta Terremoto sacrificándose para salvar a Ava Gardner.
De sus películas en España, Enrique Herreros cuenta que solía alquilar al director Benito Perojo un dúplex que este tenía al lado del Bernabéu. Heston era más agarrado que yo. Cuando salía de los Bronston de rodar
55 días en Pekín y se iba a su casa, le decía al chófer que cogiera leña del decorado, porque el dúplex de Perojo tenía chimenea y piscina. El mecánico cargaba con los troncos de madera para no gastar él.
Y luego está lo que nos hemos perdido. Charlton Heston estuvo en la órbita de dos papeles importantes. El que fue a Derek Jacobi en Yo, Claudio y el jefe Brody de Tiburón.
Este lo rechazó. Me lo imagino muy bien diciendo a Quint aquello de creo que vamos a necesitar un barco más grande. ◆
“LAS PELÍCULAS DE HESTON ESTÁN PRESENTES EN LA VIDA DE TODOS LOS QUE AMAN EL CINE.Y EL CINE ESTÁ LLENO DE MOMENTOS HESTON INOLVIDABLES”.