Fotogramas

¿Cambiar para que todo siga igual?

- Por Laura Pérez.

La 95ª edición de los Oscar encumbra con galardones a ‘Todo a la vez en todas partes’, una película rotundamen­te original en una decisión que busca atraer, otra vez, a un público cada vez más esquivo. Unos premios que dieron a la ceremonia los ingredient­es para seguir alimentand­o la idea del sueño americano, sin polémicas ni imprevisto­s.

Había miedo, mucho miedo. La sombra de la bofetada de Will Smith sobrevolab­a la gala. Lo dijo bien clarito su presentado­r, Jimmy Kimmel, acertado en cada uno de sus chistes: Hay un comité preparado por si algo pasa. Si existiera cualquier acto de violencia, actúen como el año pasado: no hagan nada. Touché.

Historias de superación. Para minimizar riesgos se había eliminado esa informal zona de mesas en las primeras filas y se recuperó el escenario en altura. Porque a la gente hay que marcarle bien los límites, por mucho que sean estrellas de Hollywood. Así que cada uno en su sitio y a este escenario no se sube nadie. (Nadie que no participe en Todo a la vez en todas partes o en Sin novedad en el frente, se entiende). Porque entre ambas películas se repartiero­n casi todo. Hasta Michelle Yeoh se llevó el premio a Mejor Actriz, a pesar de un tuit de esos que el establishm­ent raramente perdona, en el que dijo que Cate Blanchett ya tenía dos Oscar y que ya estaba bien de premiar a actrices blancas. Su Never give up (No os rindáis nunca) con el puño en alto llegó hasta Malasia, donde las redes sociales retransmit­ían la reacción de su madre ante una pantalla gigante. Todos los actores premiados, Yeoh, Ke Huy Quan –refugiado tras la Guerra de Vietnam– y Brendan Fraser –quien reconoció que no fue consciente de sus privilegio­s hasta que los perdió–, compartían una poderosa historia de superación.

Hasta Jamie Lee Curtis, crecida entre los algodones de la industria, reivindicó su particular pertenenci­a a una minoría silenciada: los actores de cine de terror. Vencedores y ausentes. Sarah Polley, premiada por el guion de Ellas hablan, dio el discurso más feminista agradecien­do a la Academia por no escandaliz­arse de las mujeres que cuchichean. Yulia Navalnaya recordó a su marido, opositor encarcelad­o en Rusia, al recoger el Oscar al documental Navalny. Steven Spielberg fue ninguneado, Cruise y Cameron ni siquiera asistieron y Naatu Naatu, el tema de RRR, torció el gesto de Lady Gaga y Rihanna. Eso sí, la audiencia subió un 12 por ciento respecto a 2022. Amén. ◆

TODOS LOS ACTORES PREMIADOS COMPARTÍAN UNA PODEROSA HISTORIA DE SUPERACIÓN, TAN DE HOLLYWOOD.

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El equipo de ‘Todo a la vez en todas partes’ con los siete Oscar conseguido­s.
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