Los osos no existen
★★★★★
Khers nist (Irán, 2022, 106 min.). Dir.: Jafar Panahi. Int.: Jafar Panahi, Naser Hashemi, Vahid Mobasheri, Mina Kavani. DRAMA.
Cualquier otro cineasta en su situación, después de diez años filmando en la clandestinidad, condenado al arresto domiciliario o a la pena en prisión, habría adoptado una posición victimista y se habría limitado a denunciar la represión política en Irán. Pero Jafar Panahi ha aprovechado esta década de ostracismo para preguntarse sobre la responsabilidad moral del cineasta, sobre qué significa practicar una ética de las imágenes cuando se trabaja con la materia prima de la realidad. En Los osos no existen, su mejor obra desde la memorable Esto no es una película, se deja poseer por el Kiarostami de Close-Up para elaborar un complejo metatexto que se interroga sobre las consecuencias fatales que pueden derivarse de crear una imagen, por muy nobles que sean las intenciones que la generan.
Combinando el rodaje de una docuficción que dirige a distancia con su periplo vital en una aldea cercana a Turquía, el autor de Taxi Teherán consigue que su puesta en abismo del relato –que no sólo se espeja en su existencia silenciada, que impone una artificiosa desaparición del autor por decreto ley, sino en la de todos aquellos compatriotas que quieren huir del país y queman todas las naves en el intento– cuestione las formas manipuladas del artificio documental, atraviese de puntillas la comedia de costumbres rural (con el gag recurrente de la señal de wifi intermitente) y dé con sus huesos en la tragedia confesional. Es especialmente interesante el modo en que Panahi utiliza la evolución de su situación en ese pueblo que le sirve de escondite privilegiado para contrapesarla con su papel como director por videollamada: si en un caso se convierte en un paria a su pesar, sometido al linchamiento popular como si reviviera una reproducción en miniatura del acoso del Gobierno, en el otro, toma conciencia de que cualquiera de sus decisiones como cineasta pueden traicionar la realidad en nombre del arte. Ninguna imagen es inocente, nos dice Panahi en este feroz, nada complaciente autorretrato del artista al borde del colapso.
Más información en pág. 86
ESTRENO: 2 JUNIO