UNA EXTRAÑA ENTRE NOSOTROS
Después de diseccionar el universo femenino en ‘Lejos del cielo’ y ‘Carol’, Todd Haynes empareja a Natalie Portman y Julianne Moore en ‘Secretos de un escándalo’, un drama familiar condimentado con una envolvente reflexión sobre el arte de la actuación.
FOTOGRAMAS se reúne con Todd Haynes y Natalie Portman en la lujosa terraza del JW Marriott Hotel de Cannes la mañana siguiente a la presentación de
Secretos de un escándalo en la Sección Oficial del certamen galo. La noche de estreno se alargó debido al retraso de la proyección de la gala, pero pese a las pocas horas de sueño, el autor y la estrella demuestran una lucidez ejemplar, que invierten en exhibir su buena sintonía. De partida, Haynes desvela que fue Portman quien lo involucró en el proyecto. En el año 2020, Natalie me envió un guion maravilloso –escrito por la debutante Samy Burch– que abordaba una historia surgida de la prensa rosa, pero lo hacía desde una perspectiva pausada y absorbente, señala el director de Carol (2015). La historia en cuestión es la de la profesora Mary Kay Letourneau, quien en 1997 fue enviada a prisión por mantener relaciones sexuales con un estudiante de apenas 12 años. Tras mucho tiempo de encierro, la pareja se casó y crio a dos hijas. Secretos de un escándalo ficciona la llegada de una actriz, Elizabeth (Natalie Portman), al hogar de la peculiar pareja, encarnada por Julianne Moore y Charles Melton, 20 años después del suceso que acaparó la atención de los medios. La actriz se prepara para encarnar a la antigua profesora en una película sobre el escándalo.
Del explosivo cóctel de drama familiar y ejercicio metafílmico, Haynes destaca que, en sus conversaciones con Portman, descubrieron que a ambos les fascinaba
la idea de jugar con el desconcierto que podía generar en el espectador ver a una actriz conocida (Portman)
interpretando, en la ficción, a una actriz que se prepara para encarnar a una persona real. Por su parte, Portman señala la importancia de dar veracidad a una historia que podía derivar hacia el esperpento. Resultaba estimulante utilizar todos mis años de experiencia para mostrar el proceso de creación de un personaje, apunta la estrella, pero a la vez existía el riesgo de caer en el retrato paródico. Todd (Haynes) me ayudó a encontrar la serenidad adecuada para hacer creíble al personaje.
UNA ACTRIZ, MÚLTIPLES IDENTIDADES
Más allá del componente pseudovampírico del relato, en el que la actriz interpretada por Portman va apropiándose de la identidad del personaje de Moore, Secretos de un escándalo muestra los entresijos de la praxis actoral. Según Portman, uno de los aspectos más reveladores de la película es que Elizabeth, mi personaje, solo parece mostrar su verdadero ser cuando está actuando, mientras que el resto del tiempo parece llevar puesta una máscara. Esa idea de dualidad, o multiplicidad, parece haberse instaurado también en la carrera de Portman, que además de protagonizar y producir esta película se halla implicada en nuevos emprendimientos. Después de 30 años actuando, me apetece probar cosas diferentes en mundos diferentes. ¿Quién me hubiese dicho que llegaría a fundar un equipo de fútbol? Portman se refiere al Angel City FC, el equipo de fútbol femenino que ha instituido junto a la tenista Serena Williams y la comediante Lilly Singh.
MUJERES AL PODER
Uno de los temas espinosos que aborda Secretos de un escándalo es la extraña relación que mantiene el matrimonio formado por la antigua profesora y su alumno, Gracie y Joe en la ficción. La gran diferencia de edad es un factor complejo a nivel moral, admite Haynes, pero para mí el verdadero interés de Secretos de un escándalo consiste en ver cómo Gracie y Elizabeth, la esposa y la actriz, comandan la historia. Todo lo que ocurre en la película responde a la determinación con la que ellas persiguen sus deseos. Después de dirigir Lejos del cielo (2002) y la miniserie Mildred Pierce (2011), Haynes explora en esta película una nueva dimensión del universo femenino. La trama muestra elementos característicos de las dinámicas de poder propias del sistema patriarcal, pero lo hace entregando el mando a las mujeres. Al mismo tiempo, esta historia permite apreciar cómo las mujeres que deciden tener un romance con un hombre más joven son tratadas de un modo mucho más duro que los hombres que tienen un affaire con una mujer más joven. Por su
parte, Portman destaca el modo en que la película retrata la relación de Gracie y Joe sin añadirle ningún glamour, pero tampoco juzgándola de forma tajante. Creo que la creación artística permite observar el mundo sin someterlo a un férreo juicio moral, remata la actriz.
BERGMAN Y GODARD EN EL CORAZÓN
Según explica Haynes, mientras filmábamos Secretos de un escándalo, el Centro Pompidou de París me pidió un cortometraje para acompañar una retrospectiva de mi obra.
Decidí filmar unas escenas en las que dos actores recitaban textos de Persona (1966) de Bergman y de Dos o tres cosas que yo sé de ella (1967) de Godard. Supongo que eso tuvo un impacto en la película. Haynes, un cinéfilo empedernido, admite otras influencias, como las de El crepúsculo de los dioses (1950) y El graduado (1967), por el retrato de relaciones entre mujeres maduras y hombres más jóvenes, u otro film esencial de Bergman: Siempre tuve en mente la escena de Los comulgantes (1963) en la que Ingrid Thulin lee una carta mirando a cámara, confiesa el cineasta.
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“LA HISTORIA PERMITE APRECIAR CÓMO LAS MUJERES QUE DECIDEN TENER UN ROMANCE CON UN HOMBRE MÁS JOVEN SON TRATADAS DE UN MODO MÁS DURO QUE LOS HOMBRES”. Todd Haynes, director.