Fotogramas

PERSIGUIEN­DO A AMY

- Por Isabel Navarro.

‘Back to Black’. La artista británica vuelve a la vida en un biopic algo edulcorado que sigue sus primeros pasos en la música y la tortuosa historia de amor que inspiró las letras de sus canciones. Hablamos con su directora, Sam Taylor-Johnson, sobre sus conexiones con Winehouse y cómo se cuenta (desde dentro) el nacimiento de un mito.

DE QUÉ VA: Amy se refugia en su abuela, en su pasión por la música y en el alcohol para huir de las tensiones familiares. Empieza a cantar en clubs cuando conoce a un chico.

Antes de la caída. Si el documental Amy (A. Kapadia, 2015) es la dramática historia de una caída, Back to Black, el biopic de Amy Winehouse dirigido por Sam Taylor-Johnson (Cincuenta sombras de Grey) es el relato luminoso de un ascenso. Siguen ahí sus excesos con el alcohol y las drogas, su bulimia, la persecució­n de la prensa y su corazón roto, pero lo que ha querido subrayar la directora es su energía, su descomunal talento y el proceso –meteórico– que convirtió a una chica de barrio que componía con pasmosa facilidad sus canciones en una estrella mundial. Quería que su historia tuviera como centro sus canciones y no su tragedia, cuenta Taylor-Johnson. Que el público la escuchara de nuevo como si fuera la primera vez.

En un club de jazz. Londinense como Winehouse, la directora vio por primera vez a Amy en el Ronnie Scott’s, un pequeño club de jazz a principios de los 2000. Estaban haciendo un concierto de talentos emergentes y yo estaba entre el público. Era muy rara y tímida. Tenía una voz descomunal y tuve la suerte de estar a menos de 10 metros de ella. En esa época, Taylor-Johnson aún no había hecho cine y era conocida por su faceta de artista visual. Suya es la serie de retratos Criying Men, con actores como Sean Penn, Dustin Hoffman o Paul Newman llorando ‘sinceramen­te’ ante su objetivo; así como el vídeo de David Beckham durmiendo. Me encargaron un retrato del futbolista para la

British Portrait Gallery y pensé ¿Cómo voy a fotografia­r al hombre más fotografia­do del mundo? Me sentía bloqueada hasta que me di cuenta de que algo que nadie había visto públicamen­te de él era cómo dormía. El sueño es el momento de máxima vulnerabil­idad y decidí captarlo así.

El poder de mirar o de que te miren. ¿Y no cree que el hecho de ser tan observada fue algo que aumentó la fragilidad de Amy Winehouse? Claro. Cuando estaba rodando me di cuenta de que podía buscar en Google cualquier día de su vida y estaba documentad­o. Buscas ¿qué estaba haciendo Amy el 10 de junio de 2008? ¡Y allí está! Hoy tenemos una mejor conciencia de la salud mental y que, como ha pasado con Britney Spears, todo el mundo fue cómplice de su caída. Esta no es la primera vez que

la directora se pone al frente del biopic de una estrella musical: en 2009 debutó con Nowhere Boy, film que retrataba la adolescenc­ia de John Lennon y cuya intrahisto­ria la llevó a ser ella misma carne de tabloide, pues durante el rodaje –cuando ella tenía 42 años y él, 18– comenzó un romance con Aaron TaylorJohn­son, el actor protagonis­ta; hoy su marido y padre de sus hijas. Creo que si algo comparten Lennon y Winehouse, además de que se fueron demasiado pronto, es que no respetaban la fama. Construyen­do al mito. En Back to Black vemos a la artista celebrando los ritos judíos junto a su familia y construyen­do la estética de su personaje (el postizo, la raya exagerada en los ojos) inspirándo­se en los looks de los años 50 de su propia abuela Cynthia (Lesley Manville), que fue quien le inculcó el amor por Tony Bennett. La directora está muy orgullosa de la interpreta­ción de su protagonis­ta, Marisa Abela (vista en la serie de TV Industry), que canta todos los temas. Marisa logró alinear cada fibra de su ser con Amy. Ella no la imita, la habita. Eddie Marsan interpreta a su padre, que queda mucho mejor parado aquí que en el documental. La razón, según la directora, no es que necesitase el permiso de la familia, sino que estamos contando el punto de vista de ella. Amor tóxico. Jack O’Connell (Invencible) es Blake, el novio, después marido y más tarde ex, de Winehouse y quien le inspiró canciones como Love Is a Losing Game. Porque a menudo el amor tóxico es el culpable de las canciones que codifican nuestra forma de amar. Nos guste o no el amor de Amy por Blake era real y no debemos juzgarla por ello, dice Taylor-Johnson. Si Back to Black vendió millones de copias es en parte porque la gente se identifica con lo que ella canta, porque nuestra conexión con el amor no siempre es clara ni limpia. ◆

ESTRENO: 12 ABRIL

Back to Black (R. U., EE. UU., 2024, 122 min.). DRAMA.

“QUERÍA QUE SU HISTORIA TUVIERA COMO CENTRO SUS CANCIONES Y NO SU TRAGEDIA. QUE EL PÚBLICO LA ESCUCHARA DE NUEVO COMO SI FUERA LA PRIMERA VEZ”.

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La británica Marisa Abela se transforma en Amy Winehouse.
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Eddie Marsan es Mitch, el padre de Amy Winehouse.
Abela escucha las indicacion­es de su directora, Sam Taylor-Johnson.
Amy con Blake ( Jack O’Connell), con quien vivió una tortuosa relación. Eddie Marsan es Mitch, el padre de Amy Winehouse. Abela escucha las indicacion­es de su directora, Sam Taylor-Johnson.

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