Chuquiago engancha
Para callejear hasta perderse no hay ciudad como la capital boliviana: La Paz (Chuquiago, en aimara). Asi lo cree el polifacético escritor Miguel Sánchez Ortiz, que dedica su último título, Chuquiago, deriva de La Paz (La Línea del Horizonte, 20 €) a su pasión incondicional por ella, por su exceso barroco, personajes inolvidables, olores, ruidos, colores y paisajes. Se trata de un libro vibrante que trata de explicar la realidad de una ciudad que le atrapó desde que en 2004 vio por primera vez el aglomerado barrio de El Alto desde el avión Al bajar, la realidad, mera fantasía, no he dejado de cautivarle.