HELMSDALE
LOS ORÍGENES DEL GRAN VACÍO
La carretera avanza rápidamente hacia el norte, dominando el mar por las laderas de las colinas antes de bajar hasta el nivel de las aguas cuando pasa por pequeños pueblos. La ruta atraviesa las tierras del viejo clan Sutherland. Justo después de Golspie, llegamos al castillo de Dunrobin, un imponente edificio con torres puntiagudas y un portal de hierro forjado dentado que da al mar del Norte. El castillo sigue perteneciendo al clan. Con sus preciosas salas amuebladas y sus chimeneas en las que chisporrotea el fuego, el castillo parece seguir estando habitado. Pero en la comarca los Sutherland también han dejado malos recuerdos: a unos 20 kilómetros de ahí, se alza una escultura bautizada The emigrants y que representa a una familia huyendo mar adentro. La escultura da fe de un capítulo sombrío de la historia de las Tierras Altas, las Highland clearances (“expulsión de las Tierras Altas”). En los siglos XVIII y XIX, los grandes terratenientes de la región echaron a los granjeros que vivían en sus tierras para introducir ovejas en ellas, al ser una actividad mucho más rentable.“A principios del siglo XIX, la condesa de Sutherland contrató al agente Patrick Sellar para que acelerara las expulsiones: era un hombre despiadado que echaba a los granjeros y quemaba sus casas”, nos cuenta Jean Sargent, un voluntario del Timespan, un pequeño museo de historia local. “Hubo rebeliones con granjeros armados con horcas que bajaron de sus tierras.” En el Strath of Kildonan, el valle que desemboca en el pequeño puerto de Helmsdale, la población pasó de 1.350 habitantes en 1791 a solo 260 en 1830. Una parte de los desposeídos se instalaron en la costa para cultivar minúsculas parcelas llamadas
crofts, completando sus ingresos con la pesca. Otros emigraron a Canadá. El capítulo de las clearances sigue de- jando huellas en el paisaje: el vacío en el interior de las tierras, las ovejas omnipresentes, los muros bajos que delimitan los crofts... Una vez pasado Helmsdale, un sendero llega a un anfiteatro natural que domina el mar, como si estuviera colgado al borde del precipicio.Vértigo. Bajo las aulagas azotadas por el viento se encuentran las ruinas de la aldea de Badbea, fundada por granjeros. Dicen que los niños y los animales debían ser atados para que no se los llevaran las ráfagas de viento y se cayeran de los acantilados.