Descubre la magia de tus sentidos
¿Puede ser el rojo un sonido? ¿Te resulta relajante el tacto de un vestido de seda? ¿A qué huele el frío invernal? Esto es la sinestesia: transformar las sensaciones en emociones creativas. Texto: Elena Mandacen
uando tenía 15 años, la artista plástica Melissa Mccraken le preguntó a su hermano que de qué color era la letra C. Fue entonces cuando se dio cuenta de que no todo el mundo percibía las cosas como e lla. Melissa veía colores cuando leía un texto cualquiera o escuchaba determinados sonidos. Por ejemplo, para ella, la letra C era de color amarillo fuerte. Pero, ¿por qué le ocurría esto? Melissa forma parte de un pequeñoporcentajedepersonasquetienensinestesia (las investigaciones más recientes estiman que una de cada 2.000 personas lo es). También hay que matizar algo. Hablamos de gente que “tiene” y no “sufre” porque la sinestesia no es una enfermedad, sino un rasgo genético, como puede ser tener los ojos verdes o el pelo rubio. Es decir, un sinestésico puede, por ejemplo, oler, ver en colores o sentir (físicamente) las palabras de este artículo. O, yendo más allá, sentir la temperatura de un olor. Incluso el olor de un ruido. Pero no es algo uniforme. Cada persona sinestésica crea relaciones únicas. Para uno la letra C puede ser amarilla, mientras que para otro, roja... sufre un desengaño amoroso, se marcha a París y crea un perfume que le ayudará a recuperar a su amor perdido. Sin olvidarnos de ese clásico de la literatura alemana, El perfume, de Patrik Süskind, que narraba con maestría la historia de Jean-baptiste Grenouille, un ser dotado de un singular sentido del olfato, que dedicó gran parte de su corta existencia a la fabricación de un perfume humano capaz de hacer que las personas lo amaran; propósito para el cual trabajó como perfumista en diversas perfumerías de Francia y cometió 26 asesinatos de doncellas. Y es que, como dijo Coco Chanel, la felicidad no es sino el perfume de nuestra alma.