Bendita HISTERIA
¿Tienes un humor cambiante? ¿Una mañana quieres comerte el mundo y al día siguiente es el mundo quien te devora a ti? Tu cuerpo intenta decirte algo, nos alecciona la
cuando comencé mi práctica como psiquiatra hace 20 años, las mujeres venían a mí confusas por sus síntomas e inseguras sobre qué hacer. “No puedo entender por qué sigo despertándome a las 4 de las mañana”, decían o “es muy duro salir de la cama, realmente no me importa nada” o “estoy enfadada todo el tiempo y no sé por qué”.
Con el paso del tiempo, es- tas conversaciones han cambiado. Ahoracomienzan,normalmente,de estamanera:“noconsigoaveriguar si tengo un trastrono de déficit de atención u obsesivo-compulsivo”; “Ese somnífero de la mariposa, ¿es mejor que Ambien?”. Y aquello que más escucho de mis pacientes habituales:“¿hayalgonuevoquepueda probar?”. Lo sé: nuestras vidas son complicadas y toman direcciones que jamás habíamos esperado, y es,
entonces, cuando batallamos por mantener el ritmo en el trabajo, con la familia, con nuestros cientos de amigosonline,ynosechamoslaculpa por lo mal que nos sentimos por no poder con todo. En el proceso, nos olvidamos de que el cuerpo tiene un increíblesistemade feedback:nuestros estadosdeánimo.estamosdesignadas atenerunanaturalezadinámica,cíclica y,sí,cambiante.somosemotivasyahí es donde reside nuestra verdaderafuerza,nonuestra debilidad.
desde muy jóvenes se nos ha dicholocontrario.hemosaprendido adisculparnospornuestraslágrimasy a reprimir nuestra ira. Lo que nos ha llevado a que una de cada cuatro mujeres americanas esté en la actualidad tomando medicación psiquiátrica. Estos medicamentos pueden ser beneficiosos, incluso un salvavidas; pero hay otras formas más sanas de tratar la depresión, la irritabilidad y la ansiedad que no incluyen tomar pastillas. De seguir así, llegaremos a un punto donde más mujeres hablarán de antidepresivos y ansiolíticos, y los tomarán durante mucho más tiempo del que deberían, si es que lo han necesitado en algún momento. (De hecho, cuatro de cada cinco recetas de antidepresivos no están ni tan si quiera escritas por psiquiatras, sino por médicos de cabecera, y muy a menudo son prescritas a pacientes que no tienen un diagnóstico real de depresión, según un estudio de Johns Hopkins University.) Cambiando los parámetros lógicos y médicos por los que las mujeres buscaban soluciones químicas.
Lo llamamos cosmética psicofarmacológica.
Es similar a la cirugía estética. Cuantas más mujeres se implantan pechos, al