Glamour (Spain)

“NUNCA ME HAN IMPORTADO LAS CRÍTICAS”

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dad que no es de nadie, es un poco de paso. Es increíble pensar que el acontecimi­ento más terrible que ha ocurrido en el siglo XX, y que ha vivido la humanidad, fuese allí, y que hayan sabido reciclar, olvidar y seguir adelante. Y eso la convierte en una ciudad especial donde la gente es muy fuerte. El alemán es alemán, no les voy a criticar (risas), pero luego tienen esos inviernos grises, largos, fríos, donde la gente se queda más en casa. Y es entonces cuando echas de menos la vida que tenéis en Madrid, la gente sale más y es más abierta. GLAMOUR: Cuando te presentaro­n como director de la Staatsball­et de Berlín sólo tenían halagos hacia ti. ¿Qué tiene Nacho Duato para gustarles tanto? NACHO: No te creas que les gusto tanto, porque he tenido críticas malísimas y a mucha gente en contra porque ellos querían un director que fuese alemán. Siempre hay polémicas, donde hay pasteles siempre hay moscas, de modo que todos quieren llevarse sus logros. Yo nunca he querido ser director, a mí siempre me han llamado, desde que era joven, con 30 años ya lo hicieron para dirigir Berlín y les dije que no porque me fui a España. Yo siempre les digo que no he venido a pedir trabajo sino que ellos son los que mehanllama­do,peronopued­esgustar a todo el mundo, eso es imposible. GLAMOUR: Pero tú las críticas las digieres bien, ¿verdad? NACHO: Sí, desde que empecé a hacer coreografí­as a los 23 años ya recibía críticas. En España, como sabes,hetenidogr­andesdetra­ctores,peroloresp­eto,loimportan­te es el público y uno mismo, si estás contento con lo que haces y el público lo recibe con interés, eso es lo que cuenta (risas). GLAMOUR: De todas las ciudades en las que has vivido, ¿de cuál guardas un recuerdo más especial? NACHO: Mi ciudad favorita es Nueva York, viví allí un tiempo y voy mucho, estoy deseando llevar mi trabajo al frente de la Staatsball­et. En danza no es que Estados Unidos esté entre los primeros puestos, prefiero estar en Alemania, pero me gusta la ciudad, lo que ofrece, lo que ves por la calle, su diversidad, creo que todavía sigue siendo el centro del mundo. GLAMOUR: También viviste en Londres. NACHO: Sí, pero nunca me ha gustado, empecé a bailar allí, viví dos años, pero es una sociedad que me gusta menos. GLAMOUR: ¿Cómo se ve España desde Berlín? NACHO: Con mucho cariño, lo echo de menos, cuando eres más joven te da igual vivir donde sea, yo he vivido en muchos sitios, me iba con mi maleta donde fuese. Ahora echas de menos más cosas,comotuleng­ua,poderhabla­rentuidiom­a.heestadotr­es años tratando de aprender ruso, me defiendo en alemán porque viví nueve años en Holanda, pero realmente el idioma con el que todos nos entendemos es con el inglés. Al margen de eso, como te decía, echo de menos estar con mis amigos, charlar de nuestras cosas, mi familia. Y la vida en la calle, la alegría que se respira en España… eso se nota mucho fuera. Pero profesiona­lmente no lo echo de menos, no se puede comparar el apoyo que recibe la cultura en Alemania con la que se recibe aquí. GLAMOUR: ¿Volverías a trabajar a España? NACHO: No, no quiero hacerlo, vengo con mi compañíayy­aestá.digamosque­regresocom­o un extranjero, ahora soy ciudadano de Berlín, pago mis impuestos allí y vengo como director de la Staatsball­et de Berlín, como invitado. Pero trabajar aquí no, se me ha hecho tarde, volver a empezar en otra compañía, ufff, estoy muy mayor para eso, mi idea es jubilarme en la Staatsball­et de Berlín. Eso sí, espero venir más veces a España, si les gustamos, claro. La pelota está ahora en el tejado del Ministerio, si quierenalg­oquemelopi­dan,yo no lo haré. Estoy abierto a hacer alguna colaboraci­ón, el tiempo pasaytehac­esmayoryen­tiendes las cosas de otra manera. GLAMOUR: ¿Crees que la sociedad española está evoluciona­ndo más deprisa o los alemanes nos dan mil vueltas? NACHO: ¡Nos dan mil vueltas! Te pongo un ejemplo: cuando me vino a ver el responsabl­e de cultura alemán a San Petersburg­o para ofrecerme el contrato con la Staatsball­et, me dijo que le buscase un hotel y pensé en el hotel Europa, que es algo así como el Ritz. Y entonces me dijo que el Gobierno alemán no le dejaba gastar más de 250 euros, se presentó él solo, sinninguna­secretaria.enalemania,eldinero se mide con lupa, no podemos dar entradas a nadie, como mucho a modo de protocolo nos dan10entra­das,aquíenlaza­rzuelatení­amos másde200en­tradasyséq­uemanuelac­armena ha renunciado a las localidade­s del palco de autoridade­s del Teatro Real... Por no hablar de los impuestos. Yo tengo tres gestores y el alemánestr­emendo,mepidetodo­slospapele­s,

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