Nuevo BALENCIAGA
El alma de Vetements, el georgiano Demna Gvasalia, se estrena como director creativo en Balenciaga con una propuesta arquitectónica que juega con la sobredimensión de las proporciones, tal y como lo hizo el diseñador español en sus inicios. ¿Tiempos de ca
eimaginar el trabajo de Cristóbal Balenciaga, el creador de un armario absolutamente contemporáneo imbuido
por la actitud de la Alta Costura. Un cambio, no una repetición. Un nuevo capítulo.” Con estas notas recibió Demna Gvasalia a los asistentes de su primer desfile para Balenciaga. Y la incertidumbre dio paso a la fascinación. Ya conocíamos el trabajo del creador, que ha sabido suavizarse en pos de un nuevo estilo para la maison, aunque sin perder el norte (su norte), ofreciendo una suerte de proporciones cuanto menos sorprendentes. Cuellos que se acortan, hombros estrechos y caderas que fusionan la idea del miriñaque con una actitud de vanguardia, incluso futurista. Su actitud sofisticada, pero abstracta y tremendamente conceptual, y su pose de costura ha sido bien recibida, aunque el fenómeno Gvasalia tenga mucho de antimoda –nuevo concepto que le acompaña como segundo nombre– y mirar uno de sus looks suponga un choque frontal con la estética clásica.
Balenciaga también fue un revolucionario de la silueta y mientras Dior marcaba cinturas y creaba el New Look, él llegó a obsesionarse por cambiar la cintura proponiendo, entre otros, la silueta barril. Hoy, Gvasalia, motivado y empujado también por ese deseo de mutación, da la vuelta a los archivos de la casa con la habilidad de generar algo nuevo que, sin embargo, no es completamente ajeno a la tradición de la casa. Al creador nacido en Getaria le llamaron arquitecto, algo que el nuevo sucesor parece haberse grabado a fuego con el ansia de no decepcionar. Si seremos capaces o no de llevar a la calle su silueta y alma rompedora, está por ver, pese a que su realidad tenga más que ver con la de la calle (haciendo alarde estético de ello) que con la de la aristocracia del lujo fashion.
En una conversación con Alessandro Michele (quien por cierto le arropó desde el front row), el georgiano destaca la individualidad del consumidor como nuevo agente a tener en cuenta, así como la importancia de la continuidad entre colecciones. “Cuando hay un contexto y hay relación entre una colección y la siguiente, las prendas tienen sentido seis meses después. Si te gusta, te gusta, sin importar la temporada.” Valora la personalidad y, por ello, más que el total look, Gvasalia crea pensando en piezas que, combinadas con cada armario, puedan transmitir y expresar quién eres.
El nuevo Balenciaga hace una llamada no sólo a las prendas sino al cómo llevarlas. Por eso, y por otras muchas razones, su estilo, el nuevo estilo de Balenciaga, sig ue siendo inconfundible.
Arriba, al igual que Cristóbal Balenciaga, el georgiano Demna Gvasalia es también un revolucionario de la silueta.