Seducción
AL AMANECER Fue una niña precoz cuya profesión la obligó a madurar antes de tiempo. Pero María Valverde ha crecido –en todos los aspectos– y triunfa fuera de España. Recién instalada en L.A. y con la cinta Gernika a punto de estrenarse, charlamos con la a
Nómada. Es la palabra que mejor define el estado –mental y físico– de María Valverde (Madrid, 1987). Nos encontramos con la actriz en París, en un antiguo piso de techos altos y suelo crepitante donde tiene lugar la sesión fotográfica de GLAMOUR. María llega directa del desfile de Chanel al que ha asistido como invitada y, apenas 24 horas después, pone rumbo a Londres, la ciudad que ha sido su ‘hogar’ desde el verano de 2014. “Fui de vacaciones y me sentí tan bien allí que decidí quedarme.” Una experiencia vital que le ha devuelto esa “valentía, independencia, libertad e inspiración” olvidadas, quizá, en algún punto del camino. “Allí me siento capaz de conseguir todas esas cosas que en otro sitio no sentía.” En Londres ha disfrutado de la experiencia de ser anónima, de realizar papeles secundarios “sin la responsabilidad de ser protagonista, siendo más libre”. Libertad, una palabra que María repite como un mantra y que parece haber guiado los pasos de esta actriz de carcasa frágil y alma errante hasta su próxima parada: Los Ángeles. “Hollywood no es mi prioridad laboralmente, pero a veces tienes que valorar más lo personal y, ahora mismo, mi corazón está entre Estados Unidos y España”, nos cuenta en un segundo encuentro, esta vez telefónico. “Si un actor no es nómada no tiene el chance de seguir creciendo. Hay que estar abierta al cambio y aprender cosas nuevas.” GLAMOUR: ¿Cuánto llevas en L.A.? MARÍA: Acabo de aterrizar. Con todo el trabajo que he tenido no he podido hacerlo antes. La primera vez que estuve fue por motivos profesionales y no me gustó mucho. Me encanta caminar y aquí tienes que coger el coche para todo. Pero estoy feliz, me adapto bien a los sitios y aquí es donde quiero estar. GLAMOUR: ¿Vendrás a España? MARÍA: Sí, mi familia está allí. 12 horas de vuelo no son nada. Cuando